Se llevó a cabo en Buenos Aires por la conmemoración de 14 años de la Cumbre de las Américas que rechazó el Área de Libre Comercio de Américas (ALCA).

En Camacuá y Reconquista conversamos con Fernando Gambera, secretario general de AEBU y de la secretaría de Relaciones Internacionales del PIT CNT, que estuvo presente en esta actividad y dijo que «como pasa muchas veces con hechos de la historia reciente, creo que no somos muy conscientes de lo que esto significó en la región» y que «vuelve a tener relevancia por el momento que se está atravesando» en el continente.

Gambera comentó que en la actividad habían representantes del movimiento social chileno que describieron una «situación desgarradora, no solamente por los muertos, que ya es un dolor muy grande para todos y con quienes tenemos que ser solidarios, sino también porque lo que vemos hoy es la expresión acumulada de un descontento que viene de varias décadas y que al  mismo tiempo a todos nos querían vender como modelo».

De esta manera se refirió al ejemplo tanto en Uruguay como en Argentina del «modelo chileno», que «con el despertar de los chilenos vemos que el modelo cruje por todos lados, porque no atiende la educación de las mayorías, ni la seguridad social, ni la previsión social, ni la salud, porque en definitiva se gobierna para unos pocos, con un modelo que puede que en los números sea muy rentable pero eso queda en muy pocas manos»

Hace 14 años

El Área de Libre Comercio de las Américas había sido impulsado en 1994, en la primera Cumbre de las Américas en Miami, Estados Unidos. El acuerdo había sido firmado por todos los países de las tres Américas, con excepción de Cuba, y respondía a la expansión en esa década de modelos neoliberales en la región en la década del 1990.

Esta modalidad llevó a que se desarrollaran modelos de flexibilización de la economía, de los salarios, de los precios, retirar a los Estados como reguladores y garantes de las políticas económicas en pos de resultados macroeconómicos que sumergieron a la mayoría de la población de esos países en la pobreza.

Según lo estipulado en 1994, las negociaciones para poner en funcionamiento el ALCA no deberían extenderse más allá de 2005. Para este fin se creó un Comité Tripartito que brindaría asistencia en las complejas negociaciones que fue integrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas.

Pero la región había cambiado bastante para 2005 cuando la IV Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, Argentina, reunió a representantes de 24 países, incluido el presidente de EEUU, George W. Bush, que dijo al finalizar el encuentro: “Estoy un poco sorprendido. Acá pasó algo que no tenía previsto”, a Néstor Kirchner.

La conversación sobre ALCA logró meterse en la consideración a pesar de que en las negociaciones anteriores a la cumbre no se habían alcanzado acuerdos necesarios. La discordia surgía a raíz de que EEUU no estaba dispuesto a negociar algunas condiciones del tratado, que incluía aranceles favorables exclusivamente a ese país.

La declaración a la que habría que llegar por consenso no contaba con el apoyo del Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, ni de Venezuela.

En la discusión se les recriminó que siendo pocos países no alineados con la política económica planteada se negaran a apoyar el acuerdo, que finalmente no fue aprobado. «Estoy asombrado por un planteo de esta naturaleza, no es cuestión de votos sino de consenso. No creo que quieran enemistarse con el 75 por ciento del PBI de América del Sur», dijo Néstor Kirchner ante el planteo.