Con una nueva jornada de movilización, nuestro movimiento sindical volvió a demostrar la firmeza de su capacidad de organización y lucha, para enfrentar el avance de las políticas económicas recesivas y de desprotección social.

Esta movilización representa solo un paso en el camino de la preservación de los derechos alcanzados tras largos años de reivindicaciones, y a la vez marca nuestra oposición al intento de descargar todo el costo de la crisis sobre los trabajadores y jubilados.

Llegamos a esta situación de lucha en medio de una fuerte ofensiva antisindical, para enfrentar una planificada y sistemática campaña destinada a debilitar la organización gremial. Una ofensiva que dispone de horas diarias en los medios masivos de comunicación destinadas a cuestionar los reclamos de los trabajadores, a justificar ajustes regresivos, a enfrentar los planteos sindicales con los intereses de la población, y a promover la división en la sociedad.

Una línea de acción que ya ha producido un conjunto de normas limitativas de la acción de los sindicatos especialmente evidenciada en la LUC, cuyo su contenido fue profundizando luego mediante un decreto reglamentario de su artículo 392.