Como en el inicio de cada año, la Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC) sufrió un ajuste de su valor con respecto al año anterior. Este 2021 tuvo la particularidad que el gobierno optó por ajustar la BPC en función del Índice Medio de Salarios, y no en función de la inflación como venía ocurriendo en años anteriores.

Debido a que los salarios crecieron menos que la inflación, esto repercute en que la BPC se devalúe y los montos que se fijan a través de ella pierdan poder respecto al consumo.

Las consecuencias más claras se ven en el monto de algunas prestaciones sociales que brinda el Estado, como por ejemplo las tarjetas del Mides. Quienes las reciben, este año verán reducido su valor.

Además, también repercute en las franjas de aporte de impuestos como el IRPF. Al aumentar menos la BPC, las franjas quedan más abajo y mayor cantidad de personas tendrá que aportar.

Para explicar mejor cómo se da el ajuste y en qué consistió la decisión que tomó el gobierno este año, conversamos con el economista Aníbal Peluffo, integrante de la Comisión Técnica Asesora de AEBU.