Nelson Villarreal es licenciado en Filosofía por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y maestrando en Ciencias Politicas en facultad de Ciencias Sociales de la Udelar. Desde fines de 2016 está al frente de la Secretaría de Derechos Humanos (SDH) de Presidencia de la República.

Villarreal además es docente en facultad de Derecho y antes de estar al frente de la SDH, fue asesor en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y consultor de emprendimientos inclusivos en la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND). Colaboró para organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La Secretaría de Derechos Humanos fue creada por ley en 2013 y comenzó a funcionar en 2014. Pero tiene un antecedente inmediato en la Dirección de DDHH del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) creada en 2005, según explicó Villarreal, con el objetivo de «transversalizar» en la ejecución de políticas públicas la «perspectiva de derechos humanos».

La SDH tiene un plan estratégico 2015-2020 que establece desde la formación de funcionarios públicos en la perspectiva de derechos humanos hasta estrategias específicas en la ejecución de políticas públicas, con énfasis en la educación en derechos humanos, entre otros aspectos. Los derechos humanos no pueden pensarse “disociados del desarrollo y del bienestar” ni de “la democracia”, afirmó Villarreal, y recalcó la importancia de generar un “cambio cultural” entorno al tema.

Las perspectivas transversales en políticas públicas ha enriquecido el enfoque sobre problemáticas que tradicionalmente habían sido pensadas de forma focalizada en distintos niveles de gobierno. Un ejemplo podría ser la Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo (IM). A la vez esto requiere de esfuerzos interinstitucionales, económicos y políticos para que, en este caso la perspectiva de DDHH, logre de manera efectiva permear en la mirada del Estado cuando ejecuta políticas públicas, o al menos transitar el proceso necesario para alcanzarlo. Villarreal explicó que la SDH se encuentra en un proceso de maduración institucional que va en ese sentido: «2016 fue de asumir el posicionamiento, el 2017 fue sistematizar estos objetivos y estamos en 2019 buscando la institucionalización de lo que es una secretaría rectora de los derechos humanos«. La SDH tiene un equipo de trabajo de diez personas que se encuentran a cargo del titular. Pero en cuanto a los recursos, aún no se le han asignado, aunque «se espera» que eso esté contemplado en el próximo presupuesto, ya que es la única secretaría en Presidencia que no tiene recursos propios.

La Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia no debe confundirse con la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, que el ámbito en el que funciona el Grupo por Verdad y Justicia, creado por la ley 18.596 en 2015 «para investigar los crímenes de lesa humanidad» entre 1968 y 1985.

Villarreal explicó que la SDH tiene un «enfoque integral» de los derechos humanos, «donde también se toma el pasado reciente y el pasado lejano» y agregó que la «efectivización de derechos reclama resolver la opacidad de una democracia que es plena pero sin embargo tiene grandes problemas en el pasado reciente y lejano».

A pocos días del 20 de mayo, de una Marcha del Silencio que será especialmente recordada por la lluvia que la acompañó en todo su trayecto, quizá también por ser la primera desde el fallecimiento de Luisa Cuesta. Pero particular porque se dio en medio del proceso derivado de los Tribunales de Honor y las declaraciones de represores que determinaron la remoción de las cúpulas militares por parte de Presidencia, medida que luego tuvo poco respaldo a nivel del Poder Legislativo, que no votó los pases a retiro.

Nelson Villarreal, que participó en la movilización, dijo que “esta marcha nos mostró el compromiso ético con lo democrático, lo republicano; pero también mostró que hay una decidida convicción del pueblo uruguayo de que hay valores fundamentales que deben ser preservados”.  Villarreal recordó la presencia en ese lugar del cardenal Daniel Sturla y dijo que este “no es un tema de un partido político, es un tema del pueblo uruguayo”, donde el Estado fue contra “personas diversas, organizaciones sociales, artistas, trabajadores, amas de casa, iglesia, una cantidad de actores, el PITCNT, en forma clara, la Universidad de la República”.  Afirmó que esto debe interpelar de “manera sistemática a los poderes del Estado y a las personas que están en los organismos», ellos «tienen que dar los elementos necesarios para llegar a la verdad”.

Al día siguiente a la marcha del silencio el ministro de Defensa José Bayardi entregó a familiares de desaparecidos información complementaria referida a las actas del Tribunal de Honor.  Villarreal dijo esto “va en la línea de lo que el gobierno venía planteando” y que “hay que tener mucho cuidado de no quedar atrapados en las contradicciones burocráticas” porque este tema ha emergido “es porque el gobierno a través del ministro anterior, Jorge Menéndez, fue el que constituyó los Tribunales de Honor. Acá queda claro que fue el gobierno el que promovió que emergiera esto”.

Con respecto al acceso a las actas de ese Tribunal de Honor y de cómo fue divulgado el contenido a través de la prensa dijo que  “tiene contradicciones que la justicia dirá, se verá por qué se dieron estas cuestiones de que no se transmitieron como debieron transmitirse. El ministro Bayardi lo que hace es completar un proceso que estaba ya instalado”. Villarreal entiende que este aspecto es clave, “el peligro que puede haber es que nos estemos instalando en la agenda de un individuo como Gavazzo, perdiendo la perspectiva de que acá hubo una institución y un Estado que fue terrorista respecto a la población”.

Finalmente, cerramos esta charla con Nelson Villarreal, secretario de DDHH de Presidencia, hablando de las expectativas con respecto al trabajo de la secretaría en este año electoral y los desafíos que el equipo tenía planteados. En ese sentido, se trabaja en “darle institucionalidad” a la SDH a través de publicaciones que sintetizan lo trabajado entorno a la movilidad humana, la migración; la “Semana de la Democracia” que la secretaría organiza en setiembre y la tercera sobre el mes de los DDHH, que han instituido en diciembre.

“El rol de la Secretaría de Derechos Humanos favorece no solamente el relato, lo cualitativo  y utópico de lo que implican los DDHH”, sino que se busca que sea también “un buen instrumento para el funcionamiento de la política pública”. Para esto se está trabajando para que a fin de año se pueda tener una propuesta “que pueda ser tomada en la transición política para el próximo gobierno”.