El 12 de mayo se presentó la publicación «Los de arriba. Estudios sobre la riqueza en Uruguay», elaborado a partir de la iniciativa de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), coordinado por el docente e investigador Juan Geymonat con quien conversamos en La Trama por Radio Camacuá.

Se trata de un estudio «pensado y promovido» por la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM); y según nos contó Juan Geymonat, surge en «el contexto de las declaraciones del presidente sobre los ‘malla oro’, dirigentes de ARU hablando de la desigualdad como algo natural y beneficiosa para la sociedad». Se trata de un «intento de reunir académicos que trabajamos estos temas desde distintos ángulos, que estábamos mirando el vértice superior de la distribución de la riqueza», la «riqueza concentrada» y los «grupos que concentran esa riqueza».

El objetivo es que «esto sirva para un puntapié para el debate, que sea un llamador a que más investigadores, e investigadoras jóvenes se incorporen a investigar estos temas. Tenemos muy poco estudiada la riqueza y entendemos que es neceario colocarlo en debate y que tiene que ser público»; que a su vez contribuya a «empezar a  romper algunos mitos que tienen que ver con esta idea de la meritocracia como forma de ascenso social», explicó el investigador.

En la presentación de este estudio, Geymonat afirmó que hablar de la riqueza en Uruguay es hablar de una “materia oscura”En diálogo con La Trama, amplió este concepto: «decimos que es oscura hay poca información generada a partir de organismos públicos, es muy dispersa y requiere en todo momento un ejercicio muy potente de sistematizar esa información. Todo un trabajo artesanal para sacar cada dato y hay quizás meses de trabajo.»

Una de las fuentes de información por la que es posible acercarse a la distribución del ingreso es la Encuesta Continua de Hogares, donde se pregunta cuál es el ingreso de cada hogar. Pero este dato resulta insuficiente. «Lo que sucede es que los hogares ricos tienden a subestimar los ingresos, muchas veces porque ni siquiera saben cuánto ganan, declaran por ejemplo 150 mil pesos pero en realidad es mucho más», explicó Geymonat y agregó que es «es algo que sucede en Uruguay y en el resto del mundo con estos instrumentos».

De esta manera se logra un  «acercamiento» pero Geymonat explica que se trata de un dato «muy defectuoso» y que para conocerlo correctamente se debe hacer lo que el economista Mauricio De Rosa hizo para este estudio, estimar la información «a partir de los registros tributarios. Pero de vuelta, los registros tributarios tenés que pedirlos, te los tienen que dar, tenés que ir uno por uno haciendo estimaciones en función de lo que pagan cuánto es el ingreso y cuánto es la riqueza. Hay que hacer una cantidad de supuestos para esto. Es un trabajo extremadamente arduo».

Lo mismo sucede si lo que se quiere es saber quiénes son los propietarios de las grandes empresas. «En Uruguay las grandes empresas que uno puede saber los propietarios son las empresas que cotizan en Bolsa, porque tienen que publicar su nómina de accionistas. Sin embargo, son muy pocas las empresas que cotizan en Bolsa, son siete u ocho», dijo GeymonatSe trata de un «secreto de estado» al que no es posible acceder «ni siquiera a través de la Ley de Acceso a la Información Pública» . Es posible «aproximarse a través de los directorios de las empresas, a través de distintas fuentes que conocen quiénes pueden ser los dueños. Pero eso un trabajo extremadamente artesanal, complejo de realizar y no hay ninguna fuente sistemática que uno pueda consultar y la cual puedan extraerse datos con la misma homogeneidad. Decimos que el estudio de la riqueza en sí mismo es entrar en una especie de agujero negro. Está todo oscuro y vos tenés que ir prendiendo luces ahí como podés».

Según surge de este estudio, la riqueza en Uruguay está muy concentrada. Esto quiere decir que gran parte de los capitales y bienes que generan riqueza son propiedad de pocas personas, en comparación con el resto de la población. Según explica Geymonat, la riqueza está «más concentrada» que el ingreso. Circula el dato de que «el 1% de la población concentra lo mismo que el 50% más pobre de ingreso; pero si vamos a la riqueza, es peor todavía porque hay mucha gente que tiene ingresos, que son ingresos por ser asalariado, por ejemplo pero no tiene ningún bien, no tiene patrimonio, y es una buena parte de la población». A esto se suma como característica que «una parte importante de la riqueza, de ese patrimonio, sobre todo en el mundo de los negocios, en el mundo empresarial, pertenece a capitales extranjeros. Si uno analiza las grandes empresas del Uruguay, una buena parte de ellas son extranjeras».

El investigador afirmó que se trata de un proceso que responde a las últimas dos décadas, de «extranjerización fuerte de la economía» y en «los sectores más altos» especialmente. «Hay una parte de la riqueza que ya no es propiedad de uruguayos y que incluso los ingresos generados por esa riqueza muchas veces se van hacia afuera, se envían como utilidades hacia afuera». Esto se da con otro fenómeno interesante, dice Geymonat, que consta en publicaciones que han «sacado desde AEBU, que justamente, de que hay parte de la riqueza aparte del ingreso que genera esa riqueza que se acumula por pro uruguayos es depositada en el exterior, es enviada al exterior. Ahora se hablaba de cerca de 4 mil millones de dólares que habrían aumentado los depósitos de los uruguayos en el exterior, es muchísimo. Es una parte de la riqueza, en forma de activos financieros, que no está circulando, que no está siendo empleada en la economía nacional. Está enviada hacia afuera».

Entonces, sobre las características generales de la riqueza en Uruguay, Geymonat explicó que en primer lugar se podría afirmar que, claramente,«está muy concentrada en un puñado chico de gente, básicamente el 1% de las personas más ricas concentran más del 80% de los negocios, eso es mucho. Y también de los activos financieros es todavía peor». En segundo lugar, «buena parte está extranjerizada, está controlada por empresas trasnacionales». En cuanto a las empresas nacionales, «nos encontramos con que los nacionales que controlan grandes empresas tienden a organizarse como grupos familiares y a su vez no controlan sólo una empresa sino que tienden a controlar un pull de empresas, un conjunto de empresas distintas, lo que llamamos un grupo económico. O sea que los capitales nacionales tienden a organizarse en forma de grupo económico, participan de varias empresas, controlan y son propietarios de varias empresas».

El gran capital nacional «tiende a organizarse de esa manera y eso le da un poder de concentración un poco mayor que estando solo en una empresa, por ejemplo hay un dato que sale del libro que hay veinte grupos económicos, la mayoría de ellos familiares, que controlan un 3% de la economía, que podría pensarse que es poco, pero en el Uruguay hay 170 mil empresas,  o sea que veinte grupos que controlan la economía no es una cifra menor. Y además suponemos que no son grupo donde hay miles de accionistas metidos, son grupos entorno a un mismo linaje familiar, la mayoría de ellos».

La pandemia y en particular por las medidas de prevención de los contagios por coronavirus generaron una situación de crisis económica. ¿Qué pasa con la riqueza en esta coyuntura? ¿Genera algún cambio su concentración de la riqueza?

Para responder a estas interrogantes, Geymonat dice que existen «pocos trabajos históricos» que «permitan analizar por ejemplo qué pasó en la crisis del 82, la crisis del 2002, entonces más o menos podemos tener elementos comunes»; pero «lo que parece, segun los datos de la cantidad de empresas y como se distribuían durante la crisis de 2002, qué había pasado con eso, durante la crisis de 2002 lo que paso fue que las empresas grandes no tuvieron caída en sus ventas. Eso es algo increíble, o sea, la economía del país cayó pero las empresas grandes, las que tenían más de 100 empleados, como conjunto no cayeron en sus ventas, y lo que uno observa es que hay una pérdida en la cantidad de empresas que había con menos de cinco empleados y menos de 20 empleados».

En definitiva, «las crisis tienden a ser un momento donde el pequeño capital se pulveriza, desaparece, el gran capital se concentra, incluso hasta eventualmente puede llegar a crecer, en base a esa concentración, a esa depuración que se da del capital pequeño. Son circunstancias distintas, digamos, no se puede extrapolar directamente lo que se dio en la crisis de 2002 con lo que se da ahora, por ejemplo en la c de 2002 hubo una devaluación muy fuerte, entonces todas las grandes empresas exportadoras se vieron muy beneficiadas de eso y eso seguramente explica también que no haya caído tanto sus ventas, al revés, hayan crecido. Ahora no hemos tenido una devaluación tan fuerte, todavía como la que hubo en 2002, sin embargo uno ya empieza a ver que hay un golpe fuerte sobre las empresas pequeñas, que las empresas grandes son siempre las que tienen más espalda para aguantar». Por esto, lo que sí se podría decir es que «un escenario similar en cuanto a aumento de los niveles de concentración se podría dar».