Conversamos con Rodrigo Arocena, matemático y ex rector de la Universidad de la República, sobre el alcance de lo establecido en la LUC sobre Educación y la forma en la que esta ley fue aprobada.
Arocena dijo que la LUC “tiene muchos artículos muy malos para la Educación, para la Vivienda, para los derechos en general”, que “fue aprobada en un proceso de urgencia que no permitió una adecuada discusión” y que “se inscribe en un proyecto general de ir disminuyendo el vigor del Uruguay solidario”, algo que “hay que defender” así como la “discusión democrática y abierta”.
En materia de educación, el ex rector de la Udelar dijo que “hay dos aspectos clarísimos” de la LUC que la afectan. En cuanto a la “sustitución de la representación docente la mayoría de los consejos de enseñanza y sustitución por direcciones unipersonales”, Arocena dijo si se “quiere que la Educación en plena pandemia afronte problemas nuevos y al mismo tiempo vaya mejorando”, eliminar la “participación de los docentes en los consejos de enseñanza inicial y primaria, de secundaria y de la UTU” es “ir a contramano de lo que hace falta”. Y concluyó:
“La idea de que es mejor tener una dirección unipersonal en un consejo donde se discute es no tener idea de lo que es la Educación. No se necesita un jefe de batallón. Lo que se necesita es discutir profundamente, acordar y salir adelante. Yo lo conozco esto por experiencia y no veo ningún motivo para no destacarlo: la Universidad de la República en pocos años hizo una gran obra de expansión al interior que, entre otras cosas, se está notando en la respuesta a la pandemia. ¿Esto fue dirigido por algún personaje unipersonalmente encargándose de las decisiones? No, fueron decisiones colectivas adoptadas por el cogobierno representativo. Es pésima la decisión de quitar a los docentes de los organismos representativos”.
Por otro lado, la LUC “concentra” la formación de los docentes en el Ministerio de Educación. Arocena subraya que “la formación de los docentes tiene que tener nivel universitario y tiene que hacerse en una institución del tipo que prevé la Constitución de la República, no a través de esfuerzos fragmentarios dirigidos por un ministro que hoy está y mañana cambia”. Se trata de “dos grandes retrocesos que hay que evitar”, afirmó.
Sobre la forma en la que se aprobó la LUC, Arocena dijo que las leyes de urgencia son “un mecanismo previsto por la Constitución de la República” y existen “una cantidad de argumentos para tener leyes de urgencia”. Un ejemplo, “ante la pandemia, cuántas cosas serían susceptibles de un proyecto de urgencia”, como “una legislación de apoyo a la gente que se queda sin trabajo, una legislación apoyo a la gente que pierde su vivienda, etcétera, los ejemplos muestran lo que la denominación sugiere: tienen que ser cuestiones concretas y urgentes”. Para Arocena, “esta ley de centenares de artículos sobre las temáticas más diversas casi por definición era un ejemplo de lo que no debe ser una ley de urgencia”.
Yo no puedo poner en una ley de urgencia, por ejemplo, si a mi se me ocurre, si soy presidente de la República, el cambio de la estructura educativa, el cambio de todos los códigos y el cambio de la estructura impositiva del país. Esos son temas a discutir por separado con calma y con tiempo. Si a eso se le suma que esta ley de urgencia fue aprobada en plena pandemia, había como una doble urgencia, una doble falta de respeto a la idea de discusión serena. Se ha dicho con frase certera que la Democracia es gobierno por la discusión. Esto no ha sido permitido en este caso. Le estamos pidiendo a nuestros compatriotas, muchos de los cuales ni siquiera pudieron seguir este proceso, que firmen para que -abriéndose la oportunidad de referéndum- haya la discusión que se negó con el mecanismo de urgencia.
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