Carlos Federico Lecor, el barón de la Laguna, entra a Montevideo en 1820 con un ejército de portugueses, ovacionado por los habitantes que buscaban un brazo fuerte que ponga orden tras 10 años de guerra.
Pero tras el brillo de las medallas en su pecho se escondía un secreto: no había plata. Para colmo, Brasil se separa de Portugal. ¿Y quién le paga a los soldados fieles a los portugueses? Nadie, se dedicaron a robar.
¿Fue la inseguridad la llama de la independencia de Uruguay?