Conversamos con Roberto Navarro, tambero del departamento de Canelones, ubicado en tierras a las que accedió al través del Instituto Nacional de Colonización (INC).

“Nosotros somos tamberos, sector de la lechería desde niños, y arrendamos en el 90, que nos independizamos. Empezamos a arrendar un predio de 70 hectáreas, en el que teníamos un desalojo y nos presentamos en Colonización, donde salió un proyecto de reperfilamiento lechero. En 2011, Colonización compra al campo y nosotros pasamos a ser colonos, gracias a Dios, fue una muy buena idea”

¿Cuál es la situación del sector lechero en Canelones?

“Canelones es un departamento en el que hay muchos productores chicos y un departamento con mucha competencia sobre la tierra. Hay muchos agricultores, muchos sojeros y la verdad es que no es fácil hoy por hoy salir a agrandar un campo, eso nos juega muy en contra”

¿Cuál es la importancia de que exista el INC y se brinde esta oportunidad de acceso a la tierra?

“Es muy importante obviamente porque los pequeños productores siempre precisan una mano para poder acceder a predios, sean chicos, grandes o medianos, pero es la manera en la que pueden acceder pequeños productores. De repente el vecino o alquila o vende 15 o 20 hectáreas (hás) que a uno le podría venir bien para seguir creciendo y seguir involucrando a la familia; esas cosas son interesantísimas”

Siempre con la condición de que las personas que acceden a las tierras vivan en el lugar…

“Obviamente. No se me ocurre la idea de que yo como productor viva en la ciudad y pida un campo de Colonización. Yo creo que el mejor arraigo es que la persona viva y trabaje en su campo o en su chacra”

La Ley de Urgente Consideración (LUC), en sus artículos 353 y 354 -que buscan ser derogados en el referéndum del próximo 27 de marzo- se desafectan tierras provenientes del BHU, cosa que implica un recorte de su cartera, a la vez que flexibiliza la obligatoriedad de vivir en el predio al que se accede. 

“Mayormente, de la última pregunta que me hizo usted, el empresario de la tierra viva en la ciudad y no viva en su tierra, en su mismo campo me parece mal. Obviamente que si pedimos y queremos campo, tenemos que vivir en él y trabajar ahí. Me parece algo muy noble, de todo uruguayo, de todo productor. Hay más cosas que preocupan, y es que no se van a comprar más tierras y de esos recortes que hicieron para pequeños productores e hijos de productores que de repente quieren iniciarse y todas esas cosas van en desmedro de todos los productores que quieren acceder a un pedacito de tierra para empezar su empresa”

¿Cómo es un día típico de trabajo en el tambo?

“Nosotros con mi hijo nos estamos levantando a las cuatro y media de la mañana. Ahí uno va a buscar el ganado, el otro prepara el tema del ordeñe y de ahí le damos hasta las siete. Ahí hacemos un pequeño desayuno y después arrancamos con todo el tema del cambio de cerca, laboreo de tierra, el manejo de los terneros, las crías, echar fardo, echar silo, hasta medio día. Al medio día se hace un descanso y a las dos de la tarde arrancamos de vuelta, más o menos con la misma lógica que de mañana. Y bueno, para la terminación acá a veces hay hora y a veces no hay hora, porque se puede terminar a las seis de la tarde como se puede terminar a las ocho o a las diez de la noche. Todo depende del tema parición o algún desajuste en alguna máquina rota, todas esas cosas te llevan más horas, te sacan de la rutina, más horas por día”

¿Cómo han sido los días de tormenta pasados, en qué les afecta?

“Suman laburo, tenemos tormentas. Gracias a Dios hasta ahora no ha habido tormentas que pongan en peligro el ganado pero sí ya el ganado va a empezar a caminar adentro del barro y ya produce menos, porque ya no come lo que tiene que comer; tenemos cortes de luz en los que tenemos que esperar o echar mano a algún generador de algún vecino. Eso sí nos trastoca bastante porque donde perdamos el ritmo de ordeñe cada doce horas podemos contraer alguna mastitis, todas esas enfermedades de ubres que perjudican al ganado, mayormente en este momento en el cual se está produciendo bastante y cuanto más se produce, cualquier cambio perjudica a la ubre”