Hace 49 años, en 1973, el presidente Juan María Bordaberry, con el apoyo de las Fuerzas Armadas (FFAA), decretó la disolución del Parlamento y el establecimiento de un Consejo de Estado.

Este es un documental sonoro elaborado por el equipo de Radio Camacuá, para el segmento Hay fechas que no podés olvidar, en el que se recorre -con audios de archivos y testimonios- lo acontecido en aquel 27 de junio de 1973 y en donde el quiebre de las instituciones marcó un antes y un después en el transcurrir democrático de nuestra república.

La Convención Nacional de Trabajadores (CNT), articuladora unitaria del movimiento sindical de Uruguay, puso en marcha una medida que había sido aprobada varios años antes, y que respondía al contexto regional: Ir a una huelga general con la ocupación de los lugares de trabajo. 

Muchos protagonistas de esa huelga general, que paralizó al país durante 15 días, fueron desaparecidos por las fuerzas represivas del Estado uruguayo, como León Duarte, Manuel Liberoff y Hugo Méndez. Como los militantes de AEBU Jose Michelena, Ary Cabrera, Alfredo Bosco y Julio Escudero. Y otros murieron torturados, como Nibia Sabalzagaray, o luego de muchos años presos y en el exilio como Gerardo Cuesta, Hector Rodríguez y Félix Díaz. La respuesta de trabajadores y trabajadoras se había resuelto en función del avance represivo en la región, que limitaba las libertades individuales, en defensa de la democracia, pero también con la convicción de que este nuevo escenario significaba peores condiciones para la clase trabajadora.

La noticia de que se había dado un golpe de Estado con la disolución de las cámaras llegó a AEBU, donde se dispuso la implementación de la huelga general y la ocupación de todos los bancos públicos y privados de la plaza local.

NO ESTA EL AUDIO Ahora, en esta nota, también para el ciclo Hay fechas que no podés olvidar, hacemos un recorrido por los hechos ocurridos hace 48 años y les dejamos testimonios de Luis Iguiní –funcionario público y dirigente de COFE que integró el comando general de la huelga general- de Hugo Cores –profesor, periodista y dirigente sindical- y finalmente de Milton «Purrete» Antognazza –sindicalista de AEBU-. Quienes nos dejan sus testimonios sobre lo ocurrido en ese 27 de junio de 1973.

9 de julio de 1973, a las cinco en punto

Trece días después del golpe de Estado y del inicio de la Huelga General convocada por la CNT, miles de uruguayos y uruguayas se congregaron en la Avenida 18 de Julio, en un acto de resistencia ejemplar e icónico de la ciudadanía. La convocatoria a esta concentración quedaría marcada para siempre en la memoria por la audición en Radio Sarandí de Ruben Castillo, en la que leyó el poema “Llanto por Ignacio Sánchez Mejía”, de Federico García Lorca.

Luis Iguiní, historico dirigente de COFE, fundador de la CNT y fallecido hace apenas unos meses, decía en una entrevista con Radio Camacuá sobre la situación del país previa al golpe y la unificación sindical en la conformación de la CNT, necesaria para que fuera posible una huelga general masiva que paralizó al país por quince días:

«En los años 60s había una crisis muy grande, no había ninguna guerra importante en el mundo, la guerra en Corea había terminado (que le había permitido al país vender fundamentalmente carne, entre otros productos). Se vivía una crisis grande. Eso determinaba enormes manifestaciones, cada vez más grandes. Antes, nos habíamos juntado con los estudiantes, en 1958, para lograr la Ley Orgánica de la Universidad, pero había cinco centrales obreras en ese entonces».

Más adelante, ya como CNT, vendrían señales preocupantes dentro de las Fuerzas Armadas (FFAA) y el sistema político del país y de la región: en 1964 se produce un golpe militar en Brasil. Esto llevó -luego de asambleas en todos los lugares de trabajo- a la resolución de que ante un golpe de Estado en Uruguay, se iría inmediatamente a la huelga general con ocupación de los lugares de trabajo.

Ese día llegó: los militares entraron al Parlamento y la CNT comenzó la huelga general: «los lugares de trabajo eran desalojados, uno por uno, venían las camionetas del Ejército. La consigna era aceptar el desalojo» pero rápidamente volvían a ocuparse, cuando se retiraban los militares, explicó Iguiní.

El asedio de los militares -ahora en el gobierno- a los trabajadores durante la huelga general fue constante. Además de sostener las ocupaciones, la CNT buscaba el diálogo con legisladores para restablecer la democracia. «El intento que hicimos de reunir a todos los legisladores fracasó rotundamente, fue solo un diputado colorado que estuvo unos minutos y se retiró», contó Iguiní.

La Huelga General fue la respuesta del movimiento sindical al golpe de Estado y la represión de ese momento. Desde ese miércoles, 27 de junio, la actividad económica pública y privada estaba totalmente paralizada, pero el gobierno empezó aumentar la represión y medidas para detener la huelga: habilitó el despido directo de trabajadores públicos y privados.

Por esto, se resolvió convocar masivamente a una movilización el 9 de julio, para cerrar la huelga a 13 días de haberla puesto en marcha, la CNT junto a otras organizaciones sociales de ese momento, estudiantes de secundaria, de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), también se sumaron partidos políticos de ese momento, como el Partido Comunista y el Partido Nacional. El objetivo, según cuenta Iguiní, era terminar la huelga general «victoriosamente».

“En radio Sarandí Ruben Castillo se las ingenia para organizar un concurso entre los oyentes a quien acertara el nombre del autor de los versos: ‘A las cinco de la tarde…’” poema de Federico García Lorca. “‘A las cinco en punto todos a 18, se dijo de boca en boca’. (Aurelio González)”. Según consta en ¿Qué hacía ud durante el golpe de estado y la huelga general?, de Álvaro Rico (1).

El resultado fue una gran movilización en la que miles de personas llenaron 18 de julio cantando el himno nacional o al grito de “Libertad” y “CNT” (2). «Las fuerzas policiales buscaron la dispersión inmediata pero no lo logran en sus primeros intentos. La gente se reagrupa en bares y comercios» (3). Un recorte de prensa de ese día indica que “tropas del ejército usaron gases lacrimógenos, unidades lanza aguas y efectuaron disparos de rifle sobre las cabezas de una multitud estimada en 8 mil personas”. (4)

«Creímos que ese día habían matado a cientos de personas, porque los militares procedieron con inteligencia -muy raro- usaron balas de fogueo. Lastimaban con los palos que daba la policía, los carros de choque, fuerzas motorizadas», recordó Iguiní. Ante esta situación, era necesario repensar los pasos a seguir. «La idea nuestra era terminar la huelga enteros, sin desgajamientos, sin debilitamiento. Después de esa gran manifestación reunirnos de noche y levantar al día siguiente la huelga. Pero los acontecimientos fueron distintos, ese apaleamiento y la idea de un ametrallamiento» hizo que no se pudieran reunir ese día, «se terminó levantando el 11, los quince días de huelga».

Finalmente, Luis Iguiní valoró la importancia de la unidad en el movimiento sindical, sometida a los desafíos de la huelga general ante el golpe de Estado, la represión y el mantenimiento de la organización sindical durante la dictadura. El dirigente explicó de qué manera entiende que la unificación sindical, influyó en la manera particular en la que se organizó la izquierda social y política en Uruguay.

«Las centrales sindicales que hubo y hay en el mundo responden un 99% a partidos políticos, o partidos de gobierno, o a lo mejor partidos de oposición, si es muy poderoso; o a alianzas. Por lo general, antes era la alianza comunista y socialista en Europa. Así se formaron las grandes centrales. Acá en este país no fue un acuerdo de partidos. En la dirección de la CNT, las tendencias políticas que actuaban en el movimiento obrero eran todas. Comunistas, socialistas, católicos (que tienen su propia central). Pero estaba un grupo muy especial, que eran los anarquistas.»

«Los anarquistas en ninguna parte del mundo han aceptado disciplina y por lo tanto no integraban las centrales obreras. Pero en Uruguay aceptaron estatuto y aceptaron integrar la dirección, aceptaron integrar la CNT. Compañeros de primera línea, te digo dos que los asesinaron en Buenos Aires, a (León) Duarte y a (Gerardo) Gatti, dirigentes anarquistas que eran de la FAU (Federación Anarquista Uruguaya).»

«Esa unidad que se formó a nivel obrero sobrevivió y pervivió también, que es muy importante, la relación fraternal entre los dirigentes (…), eso llevó a que se hiciera el Congreso del Pueblo que ya no fue del movimiento sindical, fueron los chacareros, los barrios (ya los barrios estaban participando de los plenarios obreros de Montevideo), eso dio las condiciones para que la izquierda del país se uniera. Dio las bases para que el Frente Amplio se creara. Esa es la base. ¿Qué va a pasar en noviembre? No sabemos. Hasta ahora ha sido así, se formó gracias a la unidad obrera que ayudó a trasladar la unidad ideológica a otros sectores, no solo los obreros, sino la clase media y fundamentalmente los profesionales, la Universidad, la cultura.»

(1) Rico, Álvaro. ¿Qué hacía ud. durante el golpe de Estado y la huelga general?, Editorial Fin de Siglo, 1994. p. 170

(2) Idem. 1

(3) Rico, Álvaro. ¿Qué hacía ud. durante el golpe de Estado y la huelga general?, Editorial Fin de Siglo, 1994. p. 171

(4) Idem. 3

* Audio final: Aureliano González. Extraído de: «A las cinco en punto»  (Documental de José Pedro Charlo). 

Música:

Paco de Lucia – Entre dos aguas (1976)

Alfredo Zitarrosa – Guitarra Negra (1978)