En Camacuá Diario hablamos con los investigadores Anabel Rieiro y Camilo Zino. Ambos integran el equipo de la Facultad de Ciencias Sociales y de Extensión de la Universidad de la República, que publicó el informe “Entramando barrios – Ollas y merenderos populares en Uruguay 2021-2022”, que arroja datos importantes para poder entender el fenómeno de organización barrial como respuesta a una emergencia alimentaria y lo muestra como un fenómeno bastante más complejo.

“El informe consta de tres partes: una que es una contextualización de las políticas públicas en relación a las ollas y merenderos populares; un relevamiento, esta encuesta, que es lo que ha tomado más conocimiento público; y luego tres trabajos de sistematización de redes de ollas y merenderos (la de Salto, la de Río Negro y la del Cerro)”, explicó sobre el trabajo Camilo Zino.

Zino explicó que “actualmente funcionan 542 iniciativas de ollas y merenderos populares en todo el país”, frente a las 645 que constan en el informe anterior. Zino explicó que si bien este dato significa que hay un “16% menos de iniciativas funcionando actualmente” pero “tiene varias particularidades”. Por una lado, en relación a la distribución en el territorio entre Montevideo y el resto del país, “en 2020 el 60% de las iniciativas estaban en el interior y el 40% en Montevideo; pero actualmente eso se invirtió completamente, el 60% está en Montevideo y el 40% en el interior”. 

“en 2020 el 60% de las iniciativas estaban en el interior y el 40% en Montevideo; pero actualmente eso se invirtió completamente, el 60% está en Montevideo y el 40% en el interior. Para entender estos números, esto implica que hay unas 50 ollas y merenderos más funcionando en Montevideo”, detalló Zino. 

Con respecto a la cantidad de porciones que se brindan mensualmente, en términos generales no necesariamente se reduce con la cantidad de iniciativas. En la actualidad fueron relevadas según este informe unas 542, que si bien significan 103 menos que en el período pasado, la cantidad de porciones mensuales que estas producen no tiene un cambio significativo, siendo actualmente más de un millón ochocientas mil mensuales. Se trata de “un descenso del 4% con respecto a 2020”, concluyó Zino y concluyó que “hay menos iniciativas, con menos personas, sirviendo aproximadamente la misma cantidad de platos de comida. Un esfuerzo bastante importante”.

Con respecto a estos datos, Anabel Rieiro agregó que “significa más trabajo para los que siguen manteniendo este tipo de iniciativas” y que tiene que ver también con que “en el primer informe era un momento que sistematizamos en el que había muy poca participación del Estado, salvo en algunos municipios a nivel departamental, el Estado a nivel nacional no tenía un despliegue o una política nacional y que ahora en 2021-2022 recontextualizamos eso y es importante porque es un fenómeno que se ve atravesado por intervenciones de distinto tipo”.

“Es muy llamativo que en dos años y medio se hayan mantenido con este fervor tantas iniciativas (…) Nosotros decimos que el 25% de estas iniciativas venían de antes de la pandemia, si bien toma el hecho una visibilidad, este tipo de solidaridad, este tipo también de memoria ya venía de antes, desde 2002 que hubo una gran emergencia pero también desde el 2015 vemos que van surgiendo y se van manteniendo”, explicó Rieiro.

Otro de los datos que muestra este informe tiene que ver con lo que significan las ollas y merenderos populares en cada uno de sus barrios y comunidades. El 84% cumplen otras funciones además de las directamente vinculadas a la alimentación, como actividades culturales, recreativas, de apoyo escolar, dirigidas a niños, niñas y adolescentes. 

Si hablamos del sostén de ollas y merenderos populares debe mencionarse también que según el informe de la Facultad de Ciencias Sociales el 65% de quienes las organizan son mujeres. “Estos datos reflejan el rol de cuidados que las mujeres suelen ejercer en sus hogares y que se extiende en este caso de manera comunitaria al barrio”.

El informe está disponible en el sitio web de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.