Soledad Giudice
El 2022 fue el tercer año consecutivo de emergencia alimentaria a cuenta de los efectos económicos de la pandemia por Covid 19. En un informe elaborado por la Universidad de la República (Udelar) se evidencia que se mantienen este año cerca de 1800 000 mensuales las porciones servidas por iniciativas comunitarias como ollas y merenderos populares. En Radio Camacuá conversamos con Soledad Giudice, economista de la Comisión Técnica Asesora de AEBU, que elaboró un informe de actualización de datos generales sobre la emergencia alimentaria en nuestro país, y no acercó el foco a las iniciativas en las que AEBU ha contribuido desde 2020.
“En el contexto están los impactos de la crisis provocada por la pandemia de Covid 19, pero la recuperación observada hasta el momento se ha dado de forma dispar entre los diferentes grupos de la población. Esto se refleja en que el crecimiento económico no tiene un correlato en los ingresos de los hogares (…) Si tomamos la medida del PBI per cápita (lo que crece una economía dividido entre la población) comparado con lo que realmente percibieron los hogares en ingresos, vemos cómo cuando el PBI cayó, los ingresos cayeron más; y cuando el PBI aumentó, los ingresos crecieron significativamente menos”, explicó Giudice.
Uno de los problemas que hacen a este contexto es la inflación, “que llegó al techo de 10% en algunos meses del año”, algo que “impacta en mayor medida en los hogares más pobres” debido a que estos gastan mayormente sus ingresos en alimentos. A esto se suma que los salarios no han tenido una recuperación acorde: “la suba que han tenido los salarios no llega a la suba que ha tenido el precio de la economía”, explicó Giudice.
“Otra cosa que es importante es el dato sobre pobreza, algo que es importante y que ha estado en discusión sobre cómo se mide y se compara. En realidad, la pobreza medida en el primer semestre de 2020 marcaba que el 10,7% de las personas del Uruguay son pobres, están debajo de la línea de pobreza. Esto es dos puntos por encima de lo que había en 2019, que era del 8,6. Es algo que se mantiene y no se ha podido recuperar. Las personas que cayeron bajo la línea de pobreza en la crisis por Covid no han podido salir. Porque además los estudios indican que es mucho más fácil caer en la pobreza que salir”
Yendo a las iniciativas comunitarias, merenderos y ollas populares, Giudice citó el informe elaborado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar que “arroja que entre junio y julio de 2020 y junio y julio de 2022 se constató un leve descenso de las iniciativas de un 16% pero en la cantidad de porciones entregadas es prácticamente estable”, donde disminuyó un 4%.
Si bien “en 2022 sólo el 1% de las iniciativas son de origen sindical” esto es porque con el tiempo los sindicatos tendieron a articular y apoyar a organizaciones sociales en territorio, de vecinos, con insumos y apoyo logístico para su funcionamiento.
En AEBU “se empezaron las acciones en el mes de abril de 2020”, a pocos días de las medidas de confinamiento voluntario. Por un lado se abrió una cuenta de ahorro que recaudó “al rededor de 5 millones de pesos en los tres años y por otro lado hubo más de 36.000 kilos de alimentos secos donados, más ropa y otras cosas que se donaron puntualmente, como juguetes para el día del niño”, entre otros.
El destino de estas donaciones fue “múltiple” porque “las estrategias y la disponibilidad que se tuvo fue múltiple en los tres años”. El primer año se organizó una olla en la sede central de AEBU, todos los martes y jueves, “que estuvo en funcionamiento 79 días y se brindaron más de 47.400 platos de comida”. En el 2021, se “reorganizó y se pensó mejor estar más en contacto con el territorio”. De esta manera se articuló con organizaciones de Ciudad Vieja y “en abril se comenzó a sostener la olla los martes en Las Bóvedas, frente a la rambla portuaria; y los jueves con los compañeros de la olla de Ciudad Vieja, que funciona en el MUMI”. En este segundo año, 2021, “se brindaron alrededor de 37.000 porciones”. En el 2022 se continuó esa iniciativa, en este caso de mayo a diciembre, “calculamos un total de 26.400 porciones”. En total “se entregaron 111.300 porciones y el total de dinero que fue hacia la olla fue de 3.151.338 pesos”.
AEBU también “fue centro de acopio de la Red de Ollas al Sur”. Otra de las acciones que se llevaron adelante con anterioridad a las ollas, debido a las precauciones sanitarias necesarias del momento, fueron las bandejas solidarias. Esta iniciativa funcionó “en conjunto con varias organizaciones, la Asociación de Funcionarios Judiciales, FANCAP, SUPRA, AFUTU, SUTEL, FUECYS y FUMTEP, y allí varios sindicatos colaboraron con hacer bandejas que se distribuyeron en todo Montevideo en abril, mayo y junio de 2020”. Fueron unas “22.000 bandejas y de la cuenta solidaria de AEBU se destinó aproximadamente 800 000 pesos para su elaboración”. A esto se suman otros formatos, colaboración con iniciativas en el interior y área metropolitana, entre otras acciones, como el acuerdo en el marco de Canelones Te Alimenta, con productores de ese departamento.
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