Hablamos con Aníbal Peluffo, economista de la Comisión Técnica Asesora (CTA) de AEBU, que explicó los cambios que entran en vigencia este año, resueltos en la Rendición de Cuentas, con respecto al IRNR, IRPF y contribución inmobiliaria rural.

Desde el inicio de 2023 rigen algunos cambios impositivos, que si bien no representan una gran recaudación para el Estado, sí reflejan un beneficio importante para las empresas que justamente han incrementado más sus ganancias. El informe de la CTA de AEBU hace hincapié justamente en»la orientación que tienen en cuanto a los grupos que se verán favorecidos y los efectos redistributivos que implican».

«Nos interesaba ver en este año que comienza qué cambios iba a ver en materia de impuestos y estos vinieron incluidos en la Rendición de Cuentas que se discutió en el correr de 2022 pero toman vigencia ahora. Se trata de cambios en el IRPF, que pagan las rentas del capital; el IRNR, que es como un impuesto para no residentes, es decir quienes viven en el exterior pero tienen inversiones en Uruguay; y la contribución inmobiliaria rural. Sobre esos impuestos se hacen cambios que implican rebajas, en algunos casos se rebajan las tasas, en otros se aumentan las devoluciones que se hacen. A nivel general son impuestos que no son de una gran magnitud pero recaen sobre algunos grupos o sectores económicos que son los que les ha ido mejor económicamente en el último tiempo, principalmente desde la pandemia para acá, son los sectores que han tenido mejor desempeño económico», dijo Peluffo.

El informe indica que «respecto al IRPF, se rebaja la tasa del impuesto que se paga por los intereses que se ganan por las colocaciones (depósitos y otras inversiones financieras) en moneda nacional». La tasa pasa del 7% a 5,5% para inversiones con un plazo menor a un año, a 2,5% de uno a tres años y a 0,5% para colocaciones mayores a tres años. De igual forma se cambian las tasas del IRNR, de manera que hay una rebaja para las inversiones financieras en moneda nacional que además es mayor a medida que aumenta el plazo de la colocación».

«El sector que más ha tenido un desempeño extraordinario es el agropecuario. En este caso se ve beneficiado por un cambio en la manera en la que paga la contribución inmobiliaria y también se les aumenta la devolución que tienen del IVA que pagan sobre el gasoil en relación con las exportaciones que hacen. Cuanto más exportan de producción ganadera, más grande es la devolución que se les hace del IVA del gasoil. Por otro lado en la contribución inmobiliaria pueden empezar a descontar una parte de sus campos», explicó el economista.

El informe concluye que «en los últimos años el Poder Ejecutivo ha ajustado su política fiscal para reducir el déficit, incluso en un contexto de deterioro económico y social muy marcado asociado a los efectos de la pandemia» y que «aprovechando un breve auge con condiciones externas muy favorables y un presupuesto con fuertes recortes de gasto en diversas áreas, entre las que se destacan los sueldos y la inversión pública»,  el gobierno «logró su meta de reducir el déficit fiscal». Sin embargo, «a la hora de aplicar cambios en los impuestos, utilizando esa mayor solidez financiera, las medidas tomadas han tenido una única orientación, la concentración del ingreso en lugar de su redistribución».