Tecnología y desigualdad
Este jueves en el semanario Búsqueda fueron publicados datos sobre el empleo en el sector bancario, que demuestran que las plantillas de las empresas se siguen achicando, mientras el negocio continúa acrecentándose.
Según este informe, el 2022 se cerró con 6745 trabajadores en plantilla en los bancos privados y públicos, 22% menos que los que había hace diez años. También se redujo sensiblemente, un 16.5% en la última década, la red de dependencias de las empresas.
Estos números reavivan el debate de la disrupción tecnológica y sus efectos en la seguridad social, máxime teniendo en cuenta que la reforma previsional que impulsa el Gobierno no repara en ningún momento en este fenómeno y mantiene el modelo arcaico de gravar únicamente los puestos de trabajo.
Sobre este tema, la connotada socióloga francesa Monique Pinçon-Charlot declaró que si los más ricos «pagasen sus impuestos a la altura de sus fortunas, ya no tendríamos un agujero en la seguridad social», y opinó que «hay una guerra de clases en la que los más ricos y los más poderosos se adaptan perfectamente a las nuevas tecnologías; y los trabajadores, las clases medias y las clases populares, son dejadas de lado».
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