Wes Anderson está de regreso con Isla de perros su noveno largometraje en casi medio siglo de vida. En su filmografía tiene ya varios hits: The Royal Tenenbaums (2001), Life Aquatic (2004), Fantástico Sr. Fox (2009), Moonrise Kingdom (2012) y The Grand Hotel Budapest (2014). Nada más reconocible que su estética, su gusto por la caricatura -dicho esto en todos los sentidos posibles- y era de esperase que terminara en el stop-motion una vez más. Esta vez de una refinación y un detalle admirables. Los colores, los fondos, los objetos, los personajes, los encuadres, las simetrías, y la música, cosa que en la que hay que detenerse. Alexander Desplant se encargó de gran parte de ella, pero en el soundtrack hay un tema de The West Coast Pop Art Experimental Band (I Won’t Hurt You) que más no podría acompañar la recorrida de la película por un largo camino hacia algún lado. Una historia simple, situada en una especie de Japón retro- futurista y donde la lealtad es la gran búsqueda del film. Los personajes son perros -casi más humanos que los propios humanos- y están respaldados por un cast estelar: Bryan Cranston, Edward Norton, Bill Murray, Jeff Goldblum, Frances McDormand, Scarlett Johansson y hasta la propia Yoko Ono haciendo de una científica llamada Yoko Ono. Todos ellos haciendo más creíble y más real la actuación de estos canes animados.
El resultado de todo esto, una sorprendente propuesta que anda sobre rieles, pero que mejor escuchar lo que nos dice nuestro columnista cinematográfico @10_nov antes que empiece a dar mi opinión, que hoy por temas de contrato tuve que silenciar.
Esto pasó en Cinexperiencia, la columna de cine en la mañana de Volviendo en sí.