Crisis hídrica: multitudinaria marcha en defensa del agua y en reclamo de medidas

Crisis hídrica: multitudinaria marcha en defensa del agua y en reclamo de medidas

Los trabajadores de FFOSE, junto a todo el PIT-CNT y otras organizaciones sociales, se manifestaron el miércoles en el centro de Montevideo contra la gestión del Gobierno de la crisis hídrica.

«Desde que empezó la crisis, fuimos los trabajadores los que instalamos el tema ante la ausencia total del Gobierno», recordó Federico Kreimerman, presidente del sindicato de funcionarios de la OSE, y reclamó a las autoridades «que le den los datos del agua todos los días a la gente», como se hacía en la emergencia sanitaria por la pandemia.

En diálogo con Camacuá Diario, Kreimerman lamentó que la crisis llegue con «una OSE que no tiene la capacidad de hacer frente a esta situación porque se ha recortado la inversión y se ha bajado el personal», y advirtió que «si el clima no se revierte, vamos a una situación aún peor de aumento de salinidad en el agua».

Kreimerman manifestó que el sindicato le ha hecho numerosos planteos al Gobierno, pero «todavía no hay respuesta». Algunos de ellos son que quienes no pueden pagar el agua embotellada «no paguen la tarifa de la OSE», que haya «un plan específico con agua potable, traída de otros puntos del país, para escuelas, hospitales, liceos y centros CAIF», y que «el Estado intervenga el mercado del agua embotellada».

El presidente de FFOSE alertó también que hay otras ramas de la industria que utilizan agua de OSE, cuya producción se puede ver afectada si se acaba el agua potable. Ante ese panorama, Kreimerman dejó en claro que se necesitan medidas gubernamentales porque «no puede haber patronales justificando envíos al seguro de paro» y «ni un trabajador debería perder salario por una crisis mal gestionada».

Por último, el dirigente reclamó que «que se suspenda el proyecto Neptuno» porque «no sería la solución al problema: utiliza agua del Río de la Plata y no prevee desalinizar» y además es «un negocio millonario» para los privados. «Es un negocio dulce para al capital, dándole agua salada a la gente», resumió.