En el marco del Examen Periódico Universal, varias organizaciones sociales presentaron informes ante la ONU sobre distintas problemáticas relevantes para Uruguay. Una de ellas es es la violencia basada en género y generaciones, sobre la cual trabajaron la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual y la asociación civil El Paso.
La psicóloga Fabiana Condon, integrante de El Paso y coordinadora de la Red, conversó este viernes con Camacuá Diario y explicó los puntos fundamentales del informe, que resumen un problema que aún no encuentra solución definitiva en nuestro país.
Condon destacó que «hace muchos años se viene visibilizando la violencia contra las mujeres y contra los niños, niñas y adolescentes», y valoró el avance de la ley 19.580 del año 2008, la cual «incorpora más directivas internacionales que ubican al Estado uruguayo como responsable de dar respuestas».
Sin embargo, los resultados aún son magros debido «al incumplimiento del Estado de dar presupuesto para la implementación de esa ley». «No se ha invertido claramente en la atención, prevención y la persecución del delito», señaló Condon.
«La ley es muy buena en la letra, pero cuando no se dan los recursos económicos para que los jueces puedan atender la carga de audiencias que deberían llevar adelante, cuando no hay inversión económica para que existan defensores de oficio para todas las personas que lo requieran, o cuando no hay fiscalías especializadas en todo el país, lo que ocurre es que hay respuestas ineficientes y las cosas no suceden en tiempo y forma», agregó.
Otro tema en el cual el Estado uruguayo sigue omiso es en el de aumentar la edad del matrimonio a 18 años, como sugieren los organismos internacionales de Derechos Humanos. «No tiene excusas que Uruguay no haya elevado la edad del matrimonio. Ni el Estado, ni ningún actor político, ha priorizado a lo largo de estos años el problema de la violencia, la trata y la explotación sexual contra niños y niñas», apuntó la coordinadora de la RUCVDS.
«Casarse es una actividad del mundo adulto, no de la infancia ni la adolescencia. El matrimonio trae responsabilidades pensadas para el mundo adulto; vivir en pareja coarta el acceso a la educación y la continuidad educativa», argumentó la experta.
A nivel general, Condon dejó en claro que estas formas de violencia basadas en género y generaciones no son aisladas en la sociedad, sino que responden a un sistema machista y patriarcal. «La desigualdad de género se ve también en las estadísticas de acceso al trabajo, en los índices de desempleo, en la carga de cuidados que sobrecaen en las mujeres, en la participación política que relega a las mujeres. La violencia y la explotación sexual son dos manifestaciones de esa desigualdad estructural, no las únicas», concluyó.
Foto: La Diaria