Entre retrocesos y lentos avances: la participación de las mujeres en los ámbitos de poder
Continuamos el ciclo de análisis de género y trabajo en Radio Camacuá. En esta oportunidad abordaremos las desigualdades de género en la concentración de poder. Para ello dialogamos con Victoria Gadea, politóloga y autora de la publicación El lugar de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión; y con Tamara García, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT CNT y de la Intersocial Feminista.
Victoria Gadea comenzó recordando que Uruguay ha recibido observaciones y recomendaciones por parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer respecto a la baja representación de las mujeres en el ámbito público y político y la escasez de medidas para garantizar la participación plena de las mujeres en la toma de decisiones.
Además, señaló que la participación de las mujeres en los cargos de decisión se ha tornado uno de los indicadores más relevantes de la Agenda 2030. Se reconoce globalmente que la participación plena e igualitaria de las mujeres es esencial para lograr la igualdad entre los géneros e impulsar el progreso hacia el desarrollo sostenible.
La publicación llevada adelante por la politóloga se centra en el estudio de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión. El trabajo demuestra que los roles de poder se distribuyen de manera desigual entre hombres y mujeres tanto en la órbita privada como en la pública.
El estudio señala que el aumento del número de mujeres en los cargos de representación y toma de decisión ha sido demasiado lento. En 2020 sólo el 29% de los parlamentarios nacionales eran mujeres, lo que representa un leve aumento respecto al 14% de mujeres en esos cargos en el año 2000.
“La democracia necesita de las mujeres para ser tal, y las mujeres necesitan de regímenes democráticos plenos para acceder a puestos de decisión. Lo que vemos en Uruguay es una democracia que es reconocida por su fuerte institucionalidad y por ciertas características que la hace por momentos una isla entre sus pares; pero por otro lado lo que refiere a la representación de las mujeres en los espacios de toma de decisión todavía nos encontramos muy rezagados”, señaló Gadea.
“El estudio muestra que a mayor nivel jerárquico, menos mujeres participan de los espacios de toma de decisión”, dijo Gadea. “Las pocas mujeres que acceden a niveles jerárquicos altos y espacios de decisión, vemos que en general son mujeres que están más formadas que los varones. Eso indica de alguna manera que el no acceso a los puestos de toma de decisión no está determinado por la formación, está determinado únicamente por el género”, consideró.
La politóloga señaló que en los organismos los hombres se encuentran representados en los espacios de toma de decisión, y apuntó el caso del Poder Judicial. Allí las mujeres representan el 73% de la planilla del funcionariado. mientras que las mujeres ministras representan el 63%.
En el Poder Ejecutivo la situación no es distinta. Gadea apuntó que en esa rama del Estado los hombres ocupan un 85% de los espacios de conducción, mientras que representan el 63% de la plantilla.
El estudio también abarca otros ámbitos del Estado, como la Udelar. El informe señala que a pesar de que son más las mujeres que ocupan grados docentes en la Universidad de la República, su incidencia decrece cuando el grado aumenta. Si vemos hasta el grado 3, las mujeres representan más de la mitad de los grados; sin embargo en los grados 4 y 5 los hombres son mayoría.
Respecto al ámbito sindical, el informe establece que aunque las mujeres han cobrado mayor protagonismo en esta última década, los sindicatos son espacios que siguen estando masculinizados.
El estudio señala que en 2011 el PIT-CNT contaba con una mujer en su secretariado ejecutivo; en 2015 con ninguna y en la actualidad cuenta con siete. Esto responde a la resolución del XIII Congreso que en 2018 estableció que el Secretariado Ejecutivo debería estar integrado por un tercio de mujeres.
Gadea señaló que si bien se observa un avance significativo de la central sindical, la situación demuestra que las cuotas siempre se cumplen por criterio de mínima: “Cuando se aplica una normativa que hace que las mujeres tengan más oportunidades de participación, las estructuras se adaptan y aplican la ley por criterio de mínima. Eso nos muestra cómo los sistemas si bien se corrigen para distribuir poder, esa redistribución no es plena, se hace apegada a la regla de manera estricta justamente para no ceder espacios de poder a las mujeres”, advirtió Gadea.
Al respecto, Tamara García integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT CNT y representante en la Intersocial Feminista, señaló que el PIT CNT como organización dentro de la sociedad “no está ajena a la realidad en la que vivimos y la sociedad que vivimos, entonces obviamente tiene prácticas sumamente patriarcales” justamente porque hasta “las estructuras son patriarcales”. “Esto de todas maneras no se contraponer al hecho de que en todos estos años hemos construido -o intentado construir- diferentes formas de hacer militancia, de pensar la militancia y también de pensar las representaciones”, dijo.
Tamara García recordó que en el último congreso del PIT CNT en 2018 realizado en el Teatro El Galpón, la central llegó a un acuerdo para establecer cuotas de representación en los órganos de decisión. En ese momento, “algunos decían, ‘pero al final, lo único que quieren es la silla’, y sí, ¿por qué no? Querer estar en los espacios, porque entendemos que tenemos mucho para aportar, para decir y para hacer reflexionar, ¿Por qué está mal?”, cuestionó.
A pesar de que desde ese año, aumentó la representación de las mujeres, “es obvio que falta camino por recorrer”.
Tamara García consideró que la participación de las mujeres en los diferentes ámbitos es importante, porque produce cambios en los puntos de vista, y mencionó como ejemplo la última ronda de Consejos de Salarios. “allí se insistió muchísimo en que en las mesas de negociación hubiera compañeras y que las plataformas tenían que tener cláusulas de género y cuidados. El resultado fue que “el 80% de los convenios colectivos salieron con cláusulas de género y cuidados, tanto para varones como para mujeres”, puntializó.
Pensando desde esta coyuntura en los desafíos a futuro, Tamara García señaló que en términos generales, “ha habido un retroceso tremendo”, en referencia a la representación de las mujeres en el Poder Ejecutivo y a nivel parlamentario.
Trabajo y género - episodio 4
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