Roma ciudad abierta, de Roberto Rossellini (1945)
“Todos los caminos conducen a Roma… ciudad abierta”, Esta cita del director francés Jean-Luc Godard resume perfectamente la importancia de la película, cuyos valores van más allá de los estrictamente cinematográficos, de sus aspectos narrativos e incluso más allá de la denuncia que hace.
Este film tiene una relevancia histórica por muchos aspectos, primero porque plantea el discurso en su momento, inmediatamente al termino de la guerra. La ciudad destruida será el set real y es ahí mismo y en ese mismo momento que Rossellini plantea una película profundamente moral y comprometida. Por otra parte la película es un punto de inflexión en la historia del cine, un camino que trató de captar la realidad y reproducirla desde la ficción, lo que dará lugar a lo que se conocerá como el Neorrealismo italiano.
Esta película adelanta cosas de la Nouvelle Vague -la nueva ola del cine francés- y demás vanguardias del cine que le siguieron (improvisación, actores no profesionales, montajes no lineales, toques de documental) elementos que hasta en el cine de hoy se siguen utilizando.
De esto y de una recorrida por el 71º Festival de Cine de Cannes se trata esta edición de Cinexperiencia, la columna de Martín Coitinho en la mañana de Volviendo en sí.
Roma ciudad abierta.
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