Las pautas salariales presentadas por el gobierno para la novena ronda de consejos de salarios plantean un escenario de escasa e insuficiente recuperación salarial para los trabajadores que vienen de un período puente en donde se perdió 4% del poder de compra.
En estas nuevas pautas el gobierno insiste con su visión de bajar los “costos” de las empresas reduciendo el salario de los trabajadores.
De estos temas dialogamos con el economista Bruno Giometti, integrante del instituto Cuesta Duarte, del PIT-CNT.
Giometti comenzó señalando que estas pautas marcan “un quiebre con la negociación colectiva tal cual la conocemos. Establece una diferenciación a la interna de los sectores de actividad, vinculado con el tamaño de la empresa. Esa diferenciación establece que haya distintos porcentajes de ajuste a nivel de cada subgrupo de actividad”.
Esta diferenciación que comenta el economista implica que a nivel de cada sector de actividad se van a estar planteando dos lineamientos distintos. En un caso para las micro empresas (que son las empresas que cuentan con menos de cinco trabajadores y hasta una facturación anual de hasta 2 millones de UI), y en otro para las medianas y grandes.
Recordemos que los trabajadores vienen de un período puente donde no hubo consejos de salarios y se perdió alrededor de un 4,2% el nivel de compra. Con las nuevas pautas, las microempresas tendrían un porcentaje de recuperación salarial de 1% y las pequeñas, medianas y grandes tendrían una recuperación de 1,6%.
Ninguno de esos porcentajes de recuperación (planificados a dos años) llegan a cubrir la caída del nivel de compra registrada con el período puente.
Giometti señaló que no parece lógico considerar esta diferenciación del tamaño de las empresas como un punto de partida para las pautas. “En la realidad existe empresas grandes que les ha ido mal, y a la inversa”, dijo.
Adicionalmente, señaló que con estos aumentos de 1% y 1.6% para los sectores poco afectados por la pandemia, “queda la sensación de que no van a dar los tiempos” para recuperar el salario perdido en lo que queda del período de gobierno.
Al mismo tiempo, las pautas establecen otro tipo de diferenciación: los sectores muy afectados por la pandemia y aquellos poco afectados. Para los primeros el gobierno plantea un nuevo período puente de un año, por lo que, si la inflación se mantiene en los márgenes actuales estos trabajadores podrían perder alrededor 8% en el nivel de compra en 2 años.
Giometti dijo que “esos sectores han sido muy afectados. Pero no parece que se apele a la rebaja del salario como mecanismo de sobrevivencia de las empresas en esos sectores. Además porque son sectores que son sectores en general de salarios muy bajos ya de por sí. Implica castigar nuevamente a trabajadores que ya venían castigados”.
Otro de los aspectos criticados por el Cuesta Duarte es la lógica que hay detrás de la diferenciación que propone el gobierno. El economista Giometti dijo a Radio Camacuá que se establece una diferenciación renga, donde se propone una diferenciación a la baja, considerando los sectores muy afectados en la pandemia, pero no se hace un lineamiento específico para los sectores que les ha ido bien o muy bien durante la pandemia. Lo vemos en el sector agroexportador, todos los servicios que se mueven en el entorno de las actividades agroindustriales. Rápidamente se recuperaron en la pandemia y ya están por encima de los niveles de producción pre pandemia”.
Otro de los aspectos criticados por el Cuesta Duarte son los correctivos, mecanismo que permite corregir la diferencia entre la inflación que que se produjo efectivamente y la que previó el gobierno, queda condicionado a determinadas metas de empleo sectoriales. Para ello saca dos “fotos”, una en junio de 2019 y junio de 2023.
En este sentido, el gobierno plantea que si un sector tiene menos del 98% de nivel de empleo en 2019 comparado con 2023, no se cobra todo el correctivo por inflación. Giometti señaló que si bien es bastante difícil prever lo que va a pasar con el empleo “es esperable” que algunos sectores tengan a final del período menor nivel de empleo del que se tenía en 2019 antes de la pandemia.
Adicionalmente, Giometti señaló que el nivel de empleo no es un indicador fiel de la situación de actividad o salud que tiene un sector de actividad. Muchas veces puede haber un sector en donde le va bien a las empresas, pero que al mismo tiempo baja el nivel de empleo entre otras cosas, por la introducción de tecnología.
Giometti analizó que el gobierno visualiza el empleo y el salario como dos variables que están en una contradicción absoluta, y que busca ajustar a la baja el salario para no generarle problemas de competitividad a las empresas.
“Nosotros discrepamos con esa visión. Primero porque sabemos que en muchas actividades el principal factor de costo de las empresas no es el salario. Por lo tanto, lo que pase con el salario no es tan determinante con lo que pase con el empleo. Hay otras variables que miran las empresas para ver si generan más actividad o no”, señaló el economista, quién consideró, por el contrario, que avanzar sobre una recuperación del salario permitiría dinamizar el mercado interno.
FOTO PORTADA: Billete de 1000 pesos uruguayos | Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS