Mix olímpico: Tan atléticos como valientes

Mix olímpico: Tan atléticos como valientes

Déborah Rodríguez (28) competirá en los 800 metros llanos en sus terceros Juegos Olímpicos, mientras que Emiliano Lasa (31) tendrá su segunda experiencia en el salto largo. Atletas destacados que han sabido de irse a entrenar fuera del país para alcanzar su máximo potencial.

Uruguay participa en atletismo en los Juegos Olímpicos desde la edición de 1948. Andrés Silva es el atleta más joven en representar al país (18 años y 147 días en Atenas 2004) y el que más veces fue olímpico (cuatro participaciones), Ricardo Vera el mayor (33 años y 317 en Atlanta 1996) y uno de los únicos dos uruguayos finalistas olímpicos en atletismo (él en los 3000 metros con obstáculos en Barcelona 1992 y Emiliano Lasa en salto largo en Río 2016).

La delegación uruguaya más numerosa en cuanto a atletismo fue en Río 2016 con seis deportistas (Martín Cuestas, Nicolás Cuestas y Andrés Zamora en maratón, Andrés Silva en 400 metros con vallas, Déborah Rodríguez en 800 metros llanos y Emiliano Lasa en salto largo). Justamente los dos últimos, junto con la debutante María Pía Fernández en los 1500 metros, son los que repiten presencia en Tokio.

Déborah, la abanderada

Dentro de una tradición nacional, Déborah Rodríguez se sumó a la lista de abanderados procedentes del atletismo (Hércules Azcune en Londres 1948, Estrella Puente en Helsinki 1952, Darwin Piñeyrúa en Munich 1972 y Mónica Falcioni en Sydney 2000).

A sus 28 años, va por su tercera participación olímpica y es la mujer uruguaya con más éxitos deportivos. Es la única en haber ganado una medalla en un Mundial, además de ser dos veces Bronce panamericano, dos veces campeona sudamericana de los 800 metros y tener siete medallas en Sudamericanos de mayores (cuatro de oro). En 2020 ganó el Premio Charrúa 2020 que otorga el Círculo de Periodistas Deportivos del Uruguay como mejor atleta del país.

A los cuatro años comenzó a practicar atletismo por influencia de su madre, pero también incursionó en gimnasia artística, handball, judo, natación y ballet. Al principio no le iba demasiado bien en la pista, pero alentada por el consejo del entrenador Andrés barrios, decidió mudarse a Maldonado para buscar un crecimiento en su carrera deportiva. Si bien su primera experiencia olímpica fue en los 400 metros con vallas, se fue especializando en los 800 metros llanos, prueba donde competirá por segunda vez en Tokio.

Los 800 metros son el más corto de los eventos de media y larga distancia, una prueba que combina elementos de velocidad, pero también de resistencia y mucho de táctica.

En la modalidad femenina, debutaron en los Juegos de Ámsterdam 1928, pero fueron suprimidos del programa olímpico hasta Roma 1960. ¿La razón? Las autoridades deportivas de la época consideraban que era una prueba demasiado dura para las atletas.

Cada atleta debe permanecer en calles separadas durante los primeros 100 metros de la prueba, para luego ser libres de usar cualquiera de los carriles.

¿Cómo llega a Tokio 2020?

La atleta uruguaya clasificó en el lugar número 36 de los 48 cupos que competían por un lugar en los 800 metros llanos en Tokio 2020. Recientemente batió el récord nacional de la prueba en Ginebra, en el marco del World Continental Tour con un registro de 2:00.20 (dejando atrás su propia marca de 2:01.46, obtenida en el Sudamericano de mayores de 2015).

Santiago González, docente y entrenador de atletismo en el club Defensor Sporting contó a Zona Mixta cómo ve a Déborah en la previa de Tokio: “Creo que llega en un nivel muy alto. De hecho, en su última competencia realizó su mejor marca personal, lo cual significó también el récord nacional absoluto batiendo su propio record de hace ya algunos años con una marca de 2:00:20, muy cerca de quebrar esos dos minutos, de conseguir ese “sub 2” tan buscado por las mujeres en ese nivel olímpico. Por lo tanto, llega con una motivación bastante alta y la verdad que llega a un nivel muy muy bueno para lo que es ella, para lo que es Uruguay y para lo que es la prueba también”.

Acerca de lo que podemos esperar de la competencia, González agrega: “Supongo que Deborah va a salir a buscar ese “sub 2” justamente, para poder de esa manera pelear la clasificación de los hits y poder acceder a la semifinal de los 800 metros. ¿Cuál sería el batacazo? Bueno, haber pasado a esa instancia de semifinal y ahí sí que se dé una carrera como para que ella pueda pelear y meterse en la final. Eso sería un batacazo y creo que sería algo histórico”.

Emiliano, el diplomado

Río 2016 fue la consagración de Emiliano Lasa, con ese sexto puesto y diploma olímpico en salto largo que significó la mejor actuación de un atleta celeste en la historia olímpica. Cinco años después, Lasa es uno de los grandes referentes del deporte uruguayo que llega a Tokio después de un camino bastante tortuoso que incluyó lesiones, cirugías, pandemia y mucho tiempo sin competir.

A sus 31 años, luego de todos esos altibajos en el ciclo olímpico, logró la clasificación sobre la fecha de cierre del ranking (al culminar en el lugar 32 de la misma cantidad de cupos que otorgaba la prueba).

“De chico siempre nos sorprendía la forma en que saltaba las cañadas… Mientras nosotros las rodeábamos, él saltaba una punta de metros y caía perfecto, como un gato”, así contó Luis Lasa (padre de Emiliano) a Zona Mixta en 2018 sobre cómo se forjó el atleta olímpico uruguayo más destacado en una prueba como el salto largo.

En esta prueba, el saltador recorre 50 metros de carrera hasta la línea de batida y salta con una gran zancada. La distancia se mide desde la huella más próxima hecha en el foso hasta la línea de batida. Si se traspasa la línea la huella queda marcada en la plancha y el salto será nulo. El salto se compone de tres fases o etapas, que componen la técnica atlética: La fase de carrera, la fase del impulso y la fase de la suspensión (también llamada “fase de vuelo”). La velocidad durante la carrera y la dirección del viento son claves para conseguir el éxito

¿Cómo llega?

Así ve Santiago González a Emiliano Lasa en la previa de su participación en Tokio 2020:“En el caso de Emiliano, creo que las condiciones son un poco diferentes a las de Deborah, no ha logrado su mejor rendimiento personal en cuanto a marca, siendo su mejor marca de este año 8.11 y sabiendo que Emiliano tiene más de esa marca. De todos modos, creo que apuntan con su entrenador a llegar en el mejor momento de su entrenamiento justamente en los juegos olímpicos, logrando saltar una sola vez este año por arriba de los 8 metros, pero con competencias internacionales bastante importantes donde ha conseguido buenos puestos”.

Y al respecto de lo que podemos esperar de Lasa, nos dijo: “Creo que lo que podemos esperar de Emiliano, obviamente sería que el vuelva a saltar cómodamente por arriba de los 8 metros, buscando su mejor marca del año entre 8.10, 8.11 -que es lo que saltó este año- y 8.15, y creo que algo más esperanzador sería volver a saltar por arriba de los 8.20, que es su mejor marca y con eso poder acceder a la final. Yo creo que saltando entre 8.20 y 8.25 tiene posibilidades de ingresar en la final, en esos 12 cupos tan esperados y ahí es otra historia. Y poder meterse después en los 8 finalistas que tienen los seis saltos, que clasifican a los otros tres saltos sería un batacazo nuevamente para Emiliano como lo fue en Rio, que si bien creo que para Tokio el nivel de salto largo es un poco más alto de lo que fue en Rio, de todos modos, podría apuntar Emiliano a eso y ser ese su batacazo”. Dos referentes del deporte uruguayo, tanto Déborah como Emiliano tomaron en un momento la decisión de irse a entrenar fuera del país (Rodríguez en Estados Unidos, Lasa en Brasil) por razones de entrenamientos, infraestructura y competencia, con el fin de alcanzar su máximo potencial. Las suyas son historias de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio que marcaron un camino a Tokio cargado de incertidumbre y estrés, como el de la mayoría de los deportistas.

Agenda de competencia

Deborah Rodríguez – 29/7/21 – 21.55 horas

Emiliano Lasa – 31/7/21 – 7.10 horas

Informe especial de Zona Mixta para Radio Camacuá.

Mix olímpico: remo, vela y natación

Mix olímpico: remo, vela y natación

De los once deportistas celestes que participan en Tokio 2020, la velerista Dolores “Lola” Moreira (22) fue la primera en clasificarse a los Juegos Olímpicos, tras quedar en el puesto nº 44 (entre 110 competidoras) en el Mundial Laser Radial, llevado a cabo en Sakaiminato (Japón) en julio del año 2019.

La subsede olímpica destinada a los deportes náuticos es Enoshima, ubicada a casi 60 kilómetros de la capital nipona, lugar que ya conoce Lola tras haber conseguido allí el oro en setiembre del año 2018, durante el evento “la semana Olímpica”, que constó de tres regatas.

La vela viene siendo una disciplina deportiva en la que Uruguay se destaca por una permanente presencia olímpica. Ha estado en las últimas 10 ediciones olímpicas de forma ininterrumpida, teniendo tres abanderados: Ricardo Fabini en Barcelona 1992, Alejandro Foglia en Beijing 2008 y Lola Moreira en Río 2016. Justamente Jano Foglia, junto a Milton Wynants y Andrés Silva, comparten la marca de haber participado en cuatro citas olímpicas.

En el caso de Lola, con apenas 22 años, ya va por su segundo Juego Olímpico, y comparte con Mariana Foglia (Rio 2016) y Dominique Knüppel -debutante en Tokio 2020- el destaque de ser las tres mujeres que han participado por la vela uruguaya en este megaevento.

En la experiencia de Rio 2016, Lola se posicionó en el puesto 25º, sobre 37 participantes. Su objetivo para Tokio 2020 es estar dentro de los primeros quince lugares, siendo un verdadero batacazo poder ingresar en la medal race, o sea en la regata final -la nº 11-, donde solamente clasifican los diez mejores.

Todavía está fresquito el recuerdo de Jano Foglia colocándose en el segundo puesto de la medal race en Londres 2012, obteniendo la segunda mejor actuación de la vela olímpica con un 8º lugar (diploma olímpico incluido).

Tomando en cuenta que el promedio de edad de quienes han venido ganando medallas olímpicas en la categoría Laser Radial ronda entre los 26 a 28 años, justamente donde el pico de rendimiento deportivo es óptimo, todavía Lola tiene margen de mejoras. Aunque las regatas hay que desarrollarlas, y la declaración más repetida de Lola es: “en las regatas gana el que se equivoca menos”, pueden presentarse imponderables.

Uruguayos por el mundo

Los nadadores uruguayos Nicole Frank (17) y Enzo Martínez (26), formados en el Club Olimpia (Montevideo) y Campus de Maldonado respectivamente, estarán participando en sus primeros juegos olímpicos, al hacer uso de los cupos de universalidad, y ser los mejores ranqueados en Uruguay. Ambos vienen entrenándose en Estados Unidos.

En la natación olímpica, Uruguay tiene sus mejores desempeños en los dos octavos puestos que consiguió Ana María Norbis en México 1968, tanto en 100 como 200 metros espalda; el noveno puesto de Florbel Pérez en Helsinki 1948 en 1500 metros libres; y las destacadas actuaciones de Carlos Scanavino en dos competencias en Los Ángeles 1984, conquistando los puestos 10º (1500 metros libres), 13º (200 metros libres) y el 12º en Seúl 1988 (200 metros libres). También está muy presente la actuación del 4 x 100 metros libres que protagonizaron en México 1968 Mónica Figueroa, Ruth Apt, Lylián Castillo y Felicia Ospitaletche, consiguiendo el 14º lugar.

En cuánto a las disciplinas que se presentarán los uruguayos en Tokio, Nicole tiene como antecedente las actuación de Ruth Apt y Felicia Ospitaletche en Mexico 1968, que en los 200 metros combinados se ubicaron en los puestos 32 y 33 respectivamente, con tiempos de 2 minutos 45 segundos 9 décimas y 2 minutos 47 segundos y 8 décimas respectivamente. Cuatro años después, en Munich 1972, Felicia volvió a competir en la misma prueba, colocando un tiempo de 2:37.69, obteniendo el lugar 39.

Por su parte, Enzo Martínez competirá en 50 metros libres, habiendo tres antecedentes. En Beijing 2008 Francisco Picasso puso de tiempo 23.01. Por su parte, en Atenas 2004 Nicolás Mafio se colocó en la misma posición con un tiempo de 23.58. Cuatro años antes, el primer nadador uruguayo en competir en esta prueba fue Paul Kutcher en Sydney 2000, cronometrando 23.90.

Para poner en contexto, los mejores registros de los nadadores celestes debutantes en estos juegos son: 2:18.24 en el caso de Nicole, y 22.44 en el caso de Enzo. Poder bajar estas marcas en Tokio 2020 ya sería una excelente actuación para ellos.

Las pruebas son bien distintas. En el caso de los 50 libres, la potencia y velocidad son fundamentales, tanto la partida como el remate final. En el caso de los 200 mtetros combinados, justamente los cambios de ritmo (propios de cada uno de los estilos), así como las transiciones son fundamentales, adquiriendo cierta estrategia de carrera tomando en cuenta que no alcanza solo con la fuerza y potencia, sino que la resistencia al esfuerzo máximo es relevante para sostener el rendimiento durante toda la competencia.

Uno de los puntos en común de los dos es que vienen entrenándose desde ya un tiempo en EEUU, en el caso de Nicole desde fines de 2019 y en el de Enzo desde el año 2013.

Dejar todo en el Tatami

Mikael Aprahamian (33) será el representante uruguayo en judo, en la categoría de menos de 81 kilos. El judoka radicado hace tres años en España va a la tierra donde se inventó su deporte con los objetivos más altos, dispuesto a dar todo por sus sueños.

Hasta esta edición, Uruguay había tenido cinco representantes olímpicos en judo. Leonardo Stéffano (categoría de menos de 65 kilos) fue el primero, en Barcelona 1992 y Atlanta 1996, Juegos en los que también participó Willian Bouza (menos de 95 kilos). Los dos finalizaron en la 21º ubicación.

Sydney 2000 tendría a la mejor participación histórica del judo uruguayo en los JJOO, con el quinto puesto del nacido en Francia Álvaro Paseyro (en menos de 81 kilos, misma categoría en la que compite Mikael Aprahamian). La campaña de Paseyro comenzó con victorias ante el uzbeco Farkhod Turayev en segunda ronda y el mongol Tsend-Ayuushiin Ochirbat en cuartos de final, para ser derrotado por el japonés Makoto Takimoto en las semifinales. En el repechaje vencería al norcoreano Kwak Ok-Chol y en la pelea por la medalla de bronce sería derrotado por el portugués Nuno Delgado.

Luego de dos ediciones de ausencia, Uruguay volvió a estar representado en Londres 2012 por Juan Romero (17º en menos de 90 kilos) y en Río 2016 por Pablo Aprahamian, el hermano mayor de Mikael (17º en menos de 100 kilos). En Tokio 2020 le toca al menor de los Aprahamian ser el representante uruguayo en la tercera presencia consecutiva de este deporte a nivel olímpico.

Mikael se vinculó desde muy chico al judo, un deporte que para él es una forma de vida que le ha dado mucha constancia y disciplina. Siguiendo el ejemplo de su hermano mayor Pablo, empezó desde los cinco años en el Club Náutico practicando varios deportes. Gimnasia y natación acompañaban al judo, en algún momento también jugó al fútbol y al básquetbol, pero se terminó inclinando por el deporte en el que mejor le iba. Radicado en Valencia (España) desde hace tres años buscando mejores condiciones para entrenar y crecer como persona y como atleta, se siente hoy en su mejor momento físico y mental. El niño que se acercó al judo como uno de tantos deportes es hoy un judoka olímpico de 81 kilos que siente que le puede ganar a cualquier contrincante, esa es su mentalidad y forma de motivarse.

 

Informe de Zona Mixta para Radio Camacuá.

Preparadores físicos se organizan por sus derechos

Preparadores físicos se organizan por sus derechos

En su columna de Zona Mixta en La Trama, Álvaro Levín trató la problemática de los preparadores físicos del fútbol uruguayo, quienes se organizaron para conseguir un convenio que los ampare en el ejercicio de su profesión.

Con la palabra del prof. Guillermo Gil, dirigente de la Asociación de Preparadores Físicos del Uruguay, ahondamos en la implementación de este convenio y sus consecuencias para los planteles de Primera División y también otros estamentos del fútbol uruguayo.