En la tarde de ayer se dio a conocer la noticia de que un policía cercano a Astesiano le envió contactos de docentes y alumnos (menores de edad) del liceo 41 y le pidió que interviniera sus dispositivos.

En el audio divulgado por La Diaria este policía quería probar la participación de “docentes comunistas” en un supuesto “escrache” que impulsaban estudiantes de tercer año. El ex custodio se comprometió a hacerlo de manera “urgente”

En varios fragmentos del intercambio, que duró hasta mediados de julio, Marcelo Baiano, como lo tenía agendado Astesiano, hizo hincapié en su interés por mantener siempre “bajo perfil” y explica que la información que traslada es “para sumar”. Incluso le pidió reunirse “fuera de Presidencia” y también le recordó que en febrero volvería a trabajar en la residencia de Suarez y Reyes.

En abril, este policía le preguntó a Astesiano si sabía lo que era una “funa” y si se estaba investigando sobre el tema. Funa es una palabra de origen chileno, precisamente del mapuche, que significa “podrido”; el uso “funar”, es un chilenismo, y se usa como expresión para desacreditar a algo o a alguien, exponerlo al juicio público, principalmente en redes sociales o de otra forma. La Real Academia Española acepta el término “funar” como “escrachar”.

Este policía estaba muy preocupado así que le envió a Astesiano tres archivos de texto con un “marco teórico” sobre la “funa” y sus principales “aspectos jurídicos y sociales”.

“No sé si vas a poder leer todo eso, pero te mandé para que vos te informes. Eso ya está acá, lo están usando los movimientos feministas y todo ese tipo de cosas, en los liceos. Hay gurises de 14, 15 años que ya están militando con eso. Es preocupante porque es una cosa que va a ser complicada para el gobierno nuestro”, explicó Marcelo Baiano, preocupado por que no suceda en Uruguay lo mismo que pasó en Chile con la “ultraizquierda”.

A estas horas, se encuentra reunido el secretariado ejecutivo de FENAPES para evaluar medidas. Elbia Pereira, secretaria general del PITCNT, dijo que «es una barbaridad que se suma a otra serie de barbaridades que ya se han hecho públicas». Para Pereira «es muy difícil creer que esta persona tenía tanto poder y tanta impunidad esta persona que está privada de libertad» y que nadie de su entorno sabía.

«La pregunta que nos hacemos es hasta cuando van a seguir destapando acciones de esta persona, que es difícil pensar que actuó solo, que nadie lo conocía, que nadie sabía lo que hacía, es muy difícil;y ahora involucra a menores», afirmó.