La primera instancia de este juicio por el que ahora fue convocado fue el 14 de febrero. Allí comparecieron Francesca Lessa, profesora de Estudios Latinoamericanos y Desarrollo de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y autora del libro “Los juicios del Cóndor: La coordinación represiva y los crímenes de lesa humanidad en América del Sur”; y Fabiana Larrobla, coordinadora del Equipo de Investigación Histórica de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.
En febrero la audiencia tomó más tiempo de lo esperado y algunos testimonios pasaron para la siguiente. En esta instancia presentaron sus testimonios Mena Narducci, Elba Rama, y el ex diputado Luis Puig, con quien conversamos en vivo esta tarde.
Casi cuatro horas de testimonios donde se buscó, a partir de las preguntas del fiscal, del abogado del Frente Amplio, el abogado del Estado italiano y del abogado defensor del represor Troccoli, “se reconstruyó el proceso represivo y el terrorismo de Estado en la década del 70, la coordinación represiva, los secuestros en Argentina, los traslados clandestinos a Uruguay, el episodio de secuestro y acción extorsiva a partir de haber secuestrado a Gerardo Gatti y León Duarte”; que dan cuenta de “cómo funcionaban las agencias represivas en Uruguay”.
“¿Quién fue Elena Quinteros?”
La primera pregunta del fiscal fue respondida por los convocados ante los miembros del jurado, abogados, testigos y dos grupos de enseñanza secundaria que presenciaron el juicio. Puig contó que en el momento se pudo mostrar imágenes de Elena Quinteros en distintas etapas de su vida: “para nosotros era fundamental transmitir las características de la personalidad de esta maestra y militante (…) la esencia solidaria de Elena”.
Elena Quinteros, contó Puig, fue formada en primer lugar por “las enseñanzas de su madre, Tota Quinteros, cristiana, que tenía una participación activa en acciones de solidaridad” y de “las ideas socialistas de su padre, Roberto”. Quinteros “incorporó desde temprana edad la importancia fundamental de pensar en el otro, en la otra, de pensar en los demás y eso seguramente se fue instalando en la personalidad de Elena en su niñez, en su adolescencia, en su juventud”.
Para el ex diputado, “seguramente” esta trayectoria fue la que llevó a Quinteros a “abrazar la carrera de magisterio”. Elena Quinteros integró las misiones socio pedagógicas, un movimiento de estudiantes y docentes de magisterio, entre otros, que recorrieron el interior del país para impartir clases donde la educación no llegaba hasta el momento e investigar sobre las condiciones de vida de infancias y familias en el medio rural.
Elena Quinteros fue detenida en su apartamento el 24 de junio de 1976 y fue llevada a una unidad militar, donde pese a que fue aislada y torturada logró engañar a sus captores para que la trasladaran a un sitio en Montevideo para “entregar un contacto”. Este “plan de fuga” de Quinteros fue frustrado por los militares que la custodiaban. La maestra corrió y logró ingresar al predio de la embajada de Venezuela pero los militares -que ingresaron al espacio diplomático y por lo que en su momento el Estado venezolano rompió relaciones con Uruguay- la apresaron luego de que pidiera asilo y gritara su nombre. Al día de hoy permanece desaparecida.
El juicio en Roma continuará este jueves 16, con la comparecencia del historiador Álvaro Rico y el periodista Roger Rodríguez.
Entrevista con Luis Puig desde Roma
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