El economista Pablo Da Rocha, docente de la Universidad de la República y asesor del Instituto Cuesta Duarte, dialogó con Radio Camacuá luego de la mesa redonda, convocada por la Federación Uruguaya de Magisterio – Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) y AEBU.
El financiamiento de la seguridad social estuvo presente y es porque se trata de una de las principales críticas a la reforma jubilatoria del gobierno. Hablamos del origen de los fondos necesarios para pagar todas las prestaciones que abarcan a la seguridad social, como los diferentes tipos de jubilaciones, pensiones, licencias por enfermedad, cuidados, maternidad, entre otros. Esos recursos actualmente surgen de las personas que trabajan, las empresas y el Estado: aportes de las y los trabajadores en el sistema mixto, las aportaciones al BPS y el ahorro individual en Afaps; los aportes patronales e inversión del Estado.
El gobierno visualiza como “un gasto” la inversión hecha desde el Estado a la seguridad social, especialmente la dirigida al BPS que contempla prácticamente toda la población, y plantea la necesidad de que quienes trabajan lo hagan durante más años y aumenten sus aportes, a través del aumento de la edad jubilatoria y el aumento de los años de aporte.
La “reducción del déficit”, no solamente se plantea en el aumento de los aportes hacia la totalidad de los trabajadores, sino también en el recorte de prestaciones que incluye recorte de entre el 10 y el 38% de las jubilaciones, recorte en jubilaciones por discapacidad y pensiones por viudez, entre otros.
Pablo Da Rocha se refirió al problema del financiamiento en esta mesa redonda, en diálogo con Radio Camacuá, dijo que “el problema no se va a resolver cortando gasto, que es lo que el gobierno ha propuesto, sino incrementar los ingresos” y agregó que “no hay ninguna propuesta entorno a cambios en los aportes patronales, en cambios en las exoneraciones patronales”.
Un diálogo necesario
Para Da Rocha poner “el foco verdaderamente donde está el problema que es el financiamiento en el origen de los ingresos” es algo que hubiera surgido “con diálogo social, que abordara realmente un cambio a nivel integral”. El economista recordó que la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) entiende “deseable y necesario el diálogo social” y que justamente fue algo planteado por “representantes empresariales, de usuarios o de trabajadores, que dijeron lo mismo: no hubo diálogo social”.
“Sabemos que no hay nada mejor que escuchar al trabajador, al empresario, al usuario para encontrar una respuesta y una solución satisfactoria. Bueno, el gobierno se lleva todo puesto, me parece que se lleva de forma atropellada esto y el no escuchar hace que tengan estos problemas, que tenga esta debilidad”, lamentó Da Rocha.
El gobierno “desprestigia” a la academia
Desde el Instituto Cuesta Duarte se reclama al gobierno y voceros oficiales que presenten los análisis que respaldan sus declaraciones, contrarias a los informes técnicos. El instituto viene publicando desde hace meses estudios que indican que las jubilaciones empeorarán luego de la reforma jubilatoria.
Para Da Rocha existe un “deliberado sesgo del gobierno al desprestigiar a la academia cuando no le gusta, o lo que escucha parece que no lleva agua para su molino”. Pero “la academia coincide en los distintos ejercicios” y “se está reclamando” que se presente por parte del gobierno “los análisis técnicos que demuestren por ejemplo que los análisis que hemos hecho nosotros están equivocados”. Un ejemplo, son “los análisis que ha hecho el CINVE, que entre otras cosas ha puesto a disposición de la población una calculadora para que uno pueda con algunos parámetros, a grosso modo, pero con una idea tentativa de lo que le va a pasar y se desprestigie ese trabajo académico”. El docente e investigador lamentó que “no se escuche a la academia para por lo menos diseñar y generar propuestas consistentes con la realidad”.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar