El debate sobre el anteproyecto de ley de reforma jubilatoria va tomando fuerza conforme se conocen las distintas posturas, tanto de partidos políticos como de la sociedad en su conjunto.
Mientras que los partidos que conforman la coalición de gobierno muestran reparos sobre ciertos aspectos del gobierno, desde el movimiento sindical se marca el rechazo frontal a una iniciativa cuyo único objetivo es “equilibrar” los gastos en seguridad social, reduciendo prestaciones y favoreciendo el régimen de ahorro individual.
Con esta visión, el gobierno obvió incluir en su anteproyecto aspectos más generales que hacen a la seguridad social como los cuidados, o la generación de alternativas de financiamiento ante un escenario donde la tecnología reduce puestos de trabajo.
Pablo Andrade, consejero Central y secretario de finanzas de AEBU, fue entrevistado en TV Ciudad donde dio algunas conclusiones conforme avanza el análisis de la iniciativa.
“Lo primero que encontramos es que si los trabajadores van a seguir aportando al sistema cinco años más y, por lo tanto, van a dejar de recibir cinco años que hubieran sido de jubilación; el sistema se ahorra más de las mejoras que hace, aún para las jubilaciones que le dan un fondo solidario. Es decir, todas las jubilaciones pierden. Los trabajadores van a aportar más y recibir menos”, señaló Andrade.
Esto hace que los principales perdedores de la reforma sean los trabajadores. Por otro lado, del lado de los ganadores encontramos a las AFAP, que aumentarán al doble el volumen de recursos que manejan.
“Nosotros cuestionamos seriamente que una AFAP sea seguridad social. Es un sistema de ahorro. Tan es así que cualquier trabajador que se haya jubilado en el primer semestre de este año recibió una prestación menor que los que se jubilaron el año pasado. Esto es por la forma en que se calcula, que es casi como una caja negra para la gente. Esta forma hace que en la práctica su jubilación sea cada vez menor”, señaló Andrade.
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