Cuando hablamos del mercado laboral nos referimos a la oferta y demanda de trabajo. Hemos hablado antes sobre de qué manera la pandemia aceleró procesos de digitalización, el teletrabajo, entre otras cosas. Hoy hablamos sobre qué pasó en el mercado laboral uruguayo después de la pandemia y para eso estamos en contacto con el economista Matías Brum, investigador del Instituto de Economía (IECON), de la Facultad de Ciencias Económicas (FCEA) de la Udelar.
¿Cuáles son los cambios más importantes en el mercado laboral uruguayo a partir de la pandemia?
Mirá, paradójicamente, o más bien sorprendentemente, lo más importante que ha pasado es que ha caído la informalidad. Para entender por qué ha caído la informalidad tenemos que pensar que la informalidad comprende o está definida como el no registro de una seguridad social por parte de las personas que están trabajando o tienen algún tipo de trabajo. Entonces lo que se ha dado es que cae el porcentaje de personas que tienen trabajo y que no están registradas en la seguridad social; pero esto tiene una explicación múltiple, o sea una parte de la explicación de porqué cayó la informalidad es que en realidad cambia la composición del mercado de trabajo. Hoy en día tenemos la misma cantidad de personas que están trabajando, más o menos la misma cantidad o un poco más de personas que tienen empleo en relación a cómo estábamos antes de la pandemia pero esas no son exactamente las mismas personas, en los mismos puestos de trabajo. La pandemia lo que hizo fue cambiar la composición del mercado de trabajo en términos de quiénes son las personas que están trabajando y en qué sectores o en qué tipo de establecimientos se desempeñan.
Esta baja de la informalidad, ¿se debe a la cantidad de personas que declara que tiene un trabajo no registrado en BPS, o se debe a que hay más personas registradas?
Esencialmente hay una caída genuina de la informalidad. A qué me refiero con esto, cuando empezó la pandemia la informalidad cayó un montón. La informalidad cayó un montón al principio de la pandemia básicamente porque todos los informales se fueron a su casa y dejaron de trabajar. Un ejemplo malo sería el de un lustra-botas, que todavía queda alguno en Ciudad Vieja. Este lustra-botas se tuvo que ir a su casa porque no había nadie en la Ciudad Vieja. Entonces esa persona dejó de ser informal pero básicamente porque dejó de trabajar. A la vuelta de la pandemia, cuando salimos de la pandemia, si esa persona quiere volver al mercado de trabajo, probablemente vuelva como informal también. Ahora bien, nosotros lo que estamos viendo es que hay una caída en la gente que dice que no está registrada en la seguridad social y una parte de esa caída en el no registro en la seguridad social se debe a un aumento en lo que se llama el porcentaje de personas inactivas. ES un aumento en el porcentaje de personas que no están trabajando. Básicamente la pandemia lo que hizo fue desplazar trabajadores. Muchas de las personas que eran informales antes de la pandemia, el señor lustra-botas se fue para su casa, estuvo dos años y a la salida de la pandemia esa persona decidió no volver al mercado de trabajo. No sabemos si decidió no volver porque tomó una decisión, ‘hace dos años que estoy afuera del mercado ahora ya prefiero retirarme’ o si es que no pudo. Porque en realidad no están más las condiciones o los espacios, o las demandas.
Estas personas por alguna razón no volvieron al mercado laboral, ya sea porque hacían changas que ya no se demandan tanto o porque su situación física no se lo permite o porque realiza tareas no remuneradas, como en cuidados…
Muchas de esas personas de estas personas son jubilados, hay que acordarse en muchos casos que nosotros tenemos un porcentaje de los informales que son jubilados, que por definición cuando trabajan, trabajan en negro porque ya están jubilados.
¿En qué se diferencian las personas que permanecen inactivas de las desocupadas?
Las personas desempleadas son personas que tienen la intención, que están tratando, de conseguir un trabajo. Una persona completamente inactiva es una persona es alguien que ya ni busca trabajo. Es difícil distinguir, en la Encuesta Continua de Hogares no tenemos una manera de distinguir a las personas que son inactivas porque tomaron la decisión de ser inactivas de las que son inactivas porque son los ‘desocupados desalentados’, que dicen ‘ya se que no voy a conseguir trabajo, ni me gasto en comprar el Gallito Luis o en buscar en los portales’. Una cosa que vale la pena recordar es que si bien hay un aumento en los inactivos, la caída de la informalidad es genuina en el sentido de que no alcanza el cambio en los inactivos para explicar la caída en la informalidad. No es cierto que la caída de la informalidad se debe solamente a que los lustra-botas nunca más volvieron a buscar laburo. Hay una caída de la informalidad que se debe a que las empresas están registrando más a los trabajadores; y eso se debe a que cambios en la composición en le mercado de trabajo de en qué empresas trabajan los trabajadores. La pandemia básicamente destrozó el empleo en las pequeñas y medianas empresas, las empresas de un trabajador, a cinco trabajadores, y la recuperación se produce en empresas más grandes. Y las empresas más grandes tienen mayor probabilidad de tener registradas a las personas, no como el sector doméstico y la construcción. En el sector de la construcción por ejemplo históricamente el 50% de las personas está informal. Entonces vos tenés una retracción del empleo en la construcción y la persona que trabajaba ahí y que en realidad estaba informal, si esa persona consigue trabajo en un supermercado, por ejemplo, la tasa de informalidad es mucho más baja, porque funciona de otra manera, porque las reglas son otras, porque FUECYS es otro tipo de sindicato, hay un aumento en el registro de la seguridad social porque hay una especie de ‘barajar y dar de vuelta’ para muchos de estos trabajadores.
¿En ese caso se habla de ‘concentración’ en el empleo también?
Hay una polarización en el mercado de trabajo, en realidad. Vos lo que tenés es que pierden, se destruyen muchas empresas y aumenta la cantidad promedio de trabajadores por empresa, las empresas que más pierden son las micro empresas y las unipersonales. Cierran muchísimas unipersonales que después esas mismas personas, o no vuelven al mercado de trabajo o cuando vuelven, vuelven como dependientes en empresas más grandes. El ejemplo podría ser una persona que se dedica a hacer tartas para vender en el Parque Rodó, esa persona en la pandemia se queda en su casa y cuando sale de la pandemia consigue trabajo en la rotisería de Tienda Inglesa. Ese es el ejemplo de una persona que es una unipersonal informal prepandemia, y después de la pandemia pasó a ser dependiente formal, y hace esencialmente más o menos lo mismo.
¿Las empresas contratan más porque hay un repunte de la economía o a partir de qué momento? ¿Qué implica?
Es un tema complicado ese porque en realidad buena parte del repunte es un rebote, en realidad lo que tenes es que la pandemia implica mandar 300.000 al seguro de paro y después hay todo un rebote del empleo que es básicamente retomar a estas personas. Después lo que tenemos es que la situación del mercado de trabajo empuja a la baja al salario real y que la manera en la que se procesan las negociaciones en los consejos de salarios convalida también una baja en el salario real. Planteando las cosas pronto y mal, ¿si los trabajadores salen ‘más baratos’ como no va a contratar trabajadores? Efectivamente hay un incremento, un repunte de la contratación sobre todo después de la pandemia, en la segunda mitad del 2020, sobre todo en 2021. En 2022 ya esta todo como mucho mas chato. En 2022 no pasó prácticamente nada, en términos de que los indicadores andan más o menos iguales.
¿Eso también podría explicar que haya gente que no vuelve al mercado laboral, la baja en el salario real puede hacer que haya gente que no le sirva?
Exactamente. En realidad es un campo de investigación riquísimo para la sociología y la demografía. Imaginate a las domésticas, vos tenés domésticas que pagan una niñera para que cuide a sus hijos para salir a trabajar. Viene la pandemia, se queda dos años ella cuidando a sus hijos y después cuando salimos de la pandemia el salario real cayó y tiene sentido que contrate a una niñera para salir a hacer los trabajos de cuidado en otras casas cuando en realidad ya lleva dos años haciendo el trabajo de cuidados en su propia casa? Capaz que sí, capaz que no. Capaz que hacerlo por mil pesos no tiene sentido. Capaz que la negociación dentro del hogar es distinta, esto es polémico, pero capaz que el hombre se enoja, no? hay un montón de temas de género, el hombre se acostumbró a tener a la mujer en la casa por dos años y ahora no le hace gracia que salga… Estoy inventando ejemplos de cosas que podrían estar pasando, yo no sé la cuota aparte de estas cosas pero sin duda algo de esto puede haber en el mercado de trabajo.
¿Estas variables están vinculadas al aumento de la pobreza? ¿Cómo se da esto?
Si vos tenés la misma cantidad de gente empleada que antes, y el salario real bajó un montón, y hay gente que se retiró del mercado de trabajo, el barco está haciendo agua por algún lado. El barco está haciendo agua por el lado de que alguna gente no llega a fin de mes, sería la explicación pronta y mal. O sea ser pobre no es no llegar a fin de mes, ser pobre implica tener ingresos por debajo de la línea que define el INE, etc. Pero en definitiva con una caída del salario real que acumula uno, dos o tres años es razonable esperar que haya gente que esté en situación de pobreza. y si el salario real no sube y lo que tenemos es la misma cantidad de trabajadores ocupados ahora que antes de la pandemia, pero con el salario por debajo. ¿Cómo podría ser posible que hubiera la misma pobreza que antes si se le paga menos a los trabajadores? No se puede. La respuesta lógica, haciendo las cuentas como por regla de tres, es ‘no se puede’. Alguien está ganando menos, después si vas al INE, la Encuesta Continua de Hogares te da la pobreza que tenemos.
¿Qué cosas es posible que cambien o se mantengan en el mercado laboral? ¿Es posible que quienes están en inactividad vuelvan a trabajar?
Yo no sé si yo quiero como política pública que los inactivos vuelvan. Hay un montón de gente que era jubilada y que estuvo dos años fuera del mercado de trabajo y capaz que no tiene más ganas de salir a buscar trabajo. Entonces hay inactivos, capaz que hay retiros anticipados, capaz que hay personas que deciden que no vale la pena salir al mercado de trabajo para ganar dos mil pesos y prefieren quedarse cuidando a sus hijos. Entonces una parte del incremento de la actividad, si es deseado por las personas yo no tengo nada para decir. Ahora si no es deseado por las personas ahí sí lo que estamos necesitando es un empujón. Porque tenemos una situación en la que la inversión no está repuntando mucho que digamos, el consumo interno medio que tampoco y básicamente la opinión impopular y políticamente incorrecta, es que lo único que nos puede salvar es el carnaval electoral. Estamos empezando en la campaña y es sabido y es un dato que todos los años previos a las elecciones, prácticamente todas las intendencias y todos los gobiernos de alguna manera encuentran la manera de soltar un poco la plata. Si todos los gobiernos departamentales y el gobierno nacional sueltan la plata, con un poco de suerte el mercado interno, la demanda interna puede apuntalar un proceso de recuperación. Cuando hablo de recuperación estoy hablando del salario, porque los ocupados están, trabajadores hay.De las personas que están por arriba de los 14 años en situación de pobreza el 40% tiene trabajo y el 10% está desocupado. El 50% de las personas pobres o trabaja o está tratando de trabajar. Entonces esa noción que tenemos en la cabeza de que el pobre es pobre porque no trabaja no es así. Entonces cómo haces para que el 40% de esos que están trabajando están mal pagos, tienen trabajos malos. El desafío es lograr que esos salarios suban o lograr que esas personas se reconviertan. Hay que ver si con el carnaval electoral suben un poco los salarios.